miércoles, 30 de diciembre de 2009

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Feliz 2010 / Happy 2010

Yo sé que el mundo es grande y es diferente... pero mis buenos deseos son siempre pequeños e iguales año tras año.http://www.navidaddigital.com/miscelanea/feliz-navidad-multilenguaje



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Felices Fiestas y un buen Año Nuevo 2010
para todos vosotros junto a vuestros seres queridos!



:-)


jueves, 24 de septiembre de 2009

Una estrella en el camino


- ¡Quiero contarte una historia!!

- Eh, ¿una historia? pero bueno, ¿alguien tan pequeño como tú ya quiere contarme una historia? y dime :¿de que es la historia?

- Quiero contarte una historia sobre el Sol

- ¿Sobre el Sol??, no me hagas reir, ¿tú? ¿sobre el Sol?, no seas fantasiosa, tú no puedes contar historias sobre el Sol, ¡qué temeridad!.

- ¡Sí puedo!, ¡¡claro que puedo!!, quiero contarte una historia sobre el Sol.

- Pero mira que eres cabezota, tú eres insignificante y encima no tienes ni idea de lo que es un Sol, no me hagas reir, anda vete a jugar con tus amiguitas y no me hagas perder más el tiempo.

- Jooo, ¡¡¡pero yo quiero contarte una historia sobre el Sol!!!, ¡¡puedo hacerlo!! ¿me dejas? ¿sí?, ¿me dejas??, andaaaa, por favooor, me dejas, ¡¡es una historia muy bonita!!!

- Ah, que pesada eres, seguro que no te vas si no te dejo que me la cuentes, bueno, veamos qué quieres contarme, pero no te inventes,¿¿eh??? no me gustan las mentirosillas, si vas a contarme algo del Sol que sea verdad, mira que enseguida voy a notar si lo que dices es cierto o no, ¿de acuerdo?

- De acuerdo, ya verás cómo lo que te cuento es verdad.

Y diciendo esto aquel ser comenzó su historia de esta manera:

Había una vez un inmenso Sol...

Cada mañana ese Sol brillaba con tanta intensidad que a todos les producía alegría verlo tan luminoso y en un cielo tan azul.

Un buen día una Nube se acercó al Sol para preguntarle si podía estar un ratito a su lado. El Sol se puso muy contento por la compañía y le dijo que sí.

La Nube extendió su algodonado manto color blanco tapando algunos rayitos del sol y esto hizo que el cielo se oscureciera un poquito. La Nube al ver que eso al Sol no le molestaba llamó a otras amigas suyas, otras nubecitas y todas se pusieron juntas alrededor del Sol. De esta manera fueron muchos los rayos de sol que se perdieron entre tanta blancura por lo que aquel paisaje de cielo limpio y claro desapareció.

Entonces se acercó un Viento amigo y le preguntó al Sol si podía acompañarlos a todos un poquito. El Sol dijo que sí y el Viento sopló suavecito sobre los rostros blancos y dorados de sus compañeros. Algunas Nubes con el Viento soplando se alejaron un poco del Sol pero siguieron felices estando presentes en aquel inmenso cielo.

Entonces se acercaron unos Rayos y unos Truenos que venían de algún extraño lugar con unas copitas encima, venían armando mucho ruido, al ver al Sol le preguntaron si podían quedarse un ratito a descansar. El Sol les dijo que sí y aquellos Rayos y Truenos se sentaron juntos. Con su bullicio y diversión sin darse cuenta formaron tal Tormenta que algunas Nubes, asustadas, se pusieron tristes y oscuras; el Sol, viendo a sus escandalosos amigos, por prudencia se alejo un poquito y el Viento intentó por todos los medios no sentirse cohibido y trató inútilmente de arrastrar con sus brazos de aire a aquellos vecinos tan molestos, aunque lo estaba pasando francamenta mal en ese intento. Algunas Nubes comenzaron entonces a llorar y quejarse, asustadas ante la Tormenta. Los Rayos y Truenos al ver la que habían armado, pues su intención solo era divertirse y no hacer llorar a nadie, decidieron ir a pasar su resaca a otro lugar y se alejaron de aquellos seres asustados que no querían acompañarlos ni entenderlos en sus fiestas. El Sol salió tímidamente para ver cómo estaban sus compañeros pero al ver que las Nubes ni se atrevían a acercarse a él ideó un plan para que aquellas Nubes recuperaran su sonrisa.

Entonces llamó al Arco Iris y le dijo que por favor hiciera algo para que las Nubes se sintieran mejor. El Arco Iris pensó y pensó y de repente tuvo una idea, abrió mucho sus brazos recogiendo las últimas gotas de aquel aún encapotado cielo y pidiéndole al Sol que iluminara el agua, de sus brazos salieron multitud de haces de diferente luz y color que inundaron el cielo.

Las Nubes al ver aquellos brazos de luz tan bonitos expuestos en aquel inmenso y acristalado cielo fueron recuperando la confianza y comenzaron a sonreir y sacudirse unas últimas gotas de tristeza hasta quedarse de nuevo completamente blancas, brillantes y felices. Ante tanta felicidad el Sol de nuevo volvió a lucir.

Y dicen las gentes del lugar que lo vieron todo que fue precioso el paisaje que se formó en aquel inmenso cielo pues el Sol estaba tan contento que todos estaban de acuerdo en opinar que, incluso a través de las Nubes, aquel Sol brillaba ahora con más intensidad.

Y así todos vivíeron felices sabiendo que son varios los elementos que han de componer un bello paisaje, son varios los elementos que han de formar un buen cuento que nos hable del Sol.

- ¿Te ha gustado mi cuento sobre el Sol?

- Ah, ¡que bonito cuento!. Pero ¡es increible!, ¡qué descripción tan exacta!, ¡que claridad en lo que contabas!, ¡me ha encantado!, y dime ¿quién te ha contado esa historia? es imposible que alguien como tú pueda saber tanto sobre el Sol.

- La historia es mía, solo te he narrado algo vivido por mi.

- ¡No seas fantasiosa, ni me enfades!, dime quién te ha contado esta historia, algo así Tü no puedes saberlo.

- ¿Por qué dices eso?

- Pues es algo evidente, porque solo eres una Estrella, y las estrellas salen de noche, así que es imposible que sepan lo que sucede de día, las estrellas solo pueden saber de lunas, de más estrellas, de la noche pero jamás podrían contar algo tan detallado sobre el día, mucho menos sobre el Sol.

Entonces aquella estrella mirando a su amigo le dijo con serena voz:

- Este es el gran mal del mundo, se juzga a cada individuo por su apariencia, quien es grande se le considera grande y quien es pequeño se le advierte demasiado diminuto para comprender las grandezas de este mundo. Pero eso es una gran equivocación, porque hay un tipo de enfoque que nunca se contempla: que quien es grande puede volverse pequeño.

- No entiendo lo que dices ¿y porqué ha de hacerse pequeño alguien que ya es grande?

- Para no sentir soledad, para compartir, por simple compañía, para contar a los que se sientan más pequeños una historia sobre cosas grandes ¿conoces un motivo más generoso para brillar en esta vida?

Y diciendo esto la estrella que me había hablado con tanta franqueza comenzó a hincharse e hincharse ante mi, hasta llegar a formar un bello y radiante Sol.

Y yo, el Mar, avergonzado por haber juzgado tan inconsistentemente a ese gran Sol que solo por querer mi compañía y hablarme de cosas grandes se había transformado en diminuta Estrella no pude evitar comprender esa enseñanza y sin más demora recogí todas mis aguas y por unos instantes me concentré en una gota, una sola gota, transparente, salada y pequeña gota de agua y estoy seguro que he ido a parar a los ojos de algún lector cuya mirada brlla ahora de emoción al comprender todo lo leido.

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Porque una Estrella grande es un Sol, un Mar inmenso emepequeñecido una lágrima de emoción y un cuento contado con cariño y generosidad a grandes y pequeños, un simple cuento infantil que habla de bellos momentos, que brilla con luz propia.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Polvillo de mariposa



El niño con su natural curiosidad se acercó a la flor, la mariposa le miró pero juzgando que ese niño sólo estaba contemplando la naturaleza y nada podía hacerle, continuó libando el rico néctar dándose un buen banquete. Pero el niño de repente puso su mano sobre las alas de la mariposa y al instante el pequeño sintió sus dedos manchados con un polvillo extraño y retiró rápidamente sus manitas.

El padre al ver lo que había hecho no pudo evitar reprenderle con rabia y decirle que por haber querido coger la mariposa de esa forma le había quitado su pigmentación y ahora sería presa fácil de los depredadores, pues ese polvo en sus dedos era los colores que le permitían protegerse y camuflarse de sus enemigos.

El niño se quedó muy triste con tal noticia, bajó la cabeza y se puso a llorar.

Al instante el padre comprendió que había lastimado la sensibilidad del niño con sus duras palabras y buscando una forma de que entendiera lo que le habia querido decir le explicó:

- Verás cariño, a veces es inevitable hacer daño, no queremos hacerlo pero ya sea por inconsciencia, curiosidad, prepotencia, temor u otro motivo humano lo hacemos. Cuando eso sucede no debes centrarte en lamentaciones ni paralizarte por tal error, pues el gesto ya está hecho, solo debes entender lo que no has de volver a hacer y aprender una lección de ello: los niños bobos se duelen del daño que se hacen asi mismos pero los niños sabios aprenden del daño que hacen a los demás. Es la mariposa la que debe preocuparte, no tu error.

- ¿Qué puedo hacer para curar a la mariposa? - dijo el niño entoces calmando con más entereza su llanto.

- Esperar, - contestó el padre serenamente, - esperar y confiar, la naturaleza es sabia no permitirá que algo tan bello ya no pueda protegerse de sus enemigos, solo porque tú hayas querido tocarla sin saber cuánto la podías lastimar por ello.

Entonces el pequeño, que había entendido las palabras de su papá, tocó la cabecita de la mariposa y le dijo: - perdona, no sabía que eras tan sensible y que si te tocaba de esa manera podía perjudicarte. No quería molestar, solo fue que no pude resistir la tentación de tocarte, al verte tan bonita, venga, perdóname, no lo hice con mala intención, ¿sí? ¿vale? ¿me perdonas? ¿me perdonas? ¿me perdonas?, ¡no me voy de aquí hasta que me perdones!!

La mariposa entonces levantó su vuelo y por unos segundos se paseó por delante de aquel niño en un suave recorrido, lo cual fue interpretado por el niño y su papá como un gesto de perdón, luego se alejó y fue a posarse en otra flor un poco más distanciada, buscando protegerse entre unos pétalos más grandes.

El niño se volvió a su padre y con voz encendida y muy serio le dijo: - desde ahora te digo que no pienso lavarme las manos hasta que la mariposa vuelva a tener colores en su alita!! ¿cuándo venimos otra vez al campo a ver si ya los consiguió???

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Sabio el que entiende que no debe lavarse las manos ante un error.
La mariposa también aprendió una hermosa lección: la de la prudencia.


martes, 8 de septiembre de 2009

A esas manos...


....Últimamente me valgo de un pequeño truco: cuando las cosas se ponen feas y no puedo seguir adelante, intento empeorarlas más aún, me pongo a pensar en nuestro campamento junto al río y en la primera vez que me llevaste en tu avioneta ¡Qué estupendo fue aquello! Y cuando veo que ya no puedo seguir soportándolo, aguanto aún un poco más... y entonces sé que puedo soportar cualquier cosa."
(Meryl Streep a Robert Redford en "Memorias de África")
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A TUS MANOS...

Cuando las miro observo muchos pliegues de recuerdos en ellas.

Esas manos fueron las que me tomaron en brazos en mi primer llanto, en mi primer bostezo, en mi primera sonrisa, las que me abrazaron con ilusión cuando regresaba del colegio, las que se movían enérgicas en gesto en un enfado, las que limpiaban, troceaban y cocinaban los alimentos. Esas manos cogieron altura al apoyarse en mi hombro para conversar, esas manos sujetaron con fuerza las mías para transmitir confianza. Esas manos cosieron mis botones rotos, plancharon mis ropas arrugadas, frotaron aquellas intensas manchas que nunca supe como surgieron. Esas manos escribieron cartas, también las recibieron, se mostraron compasivas ante un intolerancia, se detuvieron a peinar mis cabellos y acariciaron con generosidad mi espalda cuando me hacía falta. Esas manos me cuidaron cuando estuve enferma, me arroparon cuando tenía frío y me sujetaron con decisión por los brazos cuando debía escuchar.

Ahora observo tus manos, enredadas de años, deformes por el avance inevitable de esa carcomida desesperanza que avanza enferma por la savia de tus dedos y que te produce tanto dolor, tanta debilidad. Apenas son recuerdo de manos firmes, ya perdieron su tersura, su belleza, sus desgastados huesos se vuelven polvo, se ajan, ya no de distinguen dedos largos, alineados y estirados, ahora son dedos embotados, oprimidos, horadados de fortaleza, se tuercen y se retuercen por dentro, sobreviven en unas manos repletas de experiencia, de años.

Y sin embargo... al pensar en tus manos, veo... distingo aún en ellas aquellas caricias llenas de frescura, veo con nitidez tu dedo enérgico levantado y tieso diciendo ¡no!, distingo la palma de tu mano sosteniendo mi cabeza, educando. Cuando veo tus manos veo el paso decidido de la experiencia, te veo a ti enebrando una aguja con precisión, sujetando con fuerza el hilo que nos une como familia y cerrando a puntadas firmes y bien cosidas lo que no deseas padezca de tristezas mi corazón. Cuando veo tus manos, veo la vida en forma de caricias que no necesitan de ninguna parte del cuerpo para seguir emocionando como el primer día.

Cuando veo tus manos, las siento tan cercanas, tan niñas, tan auténticas... que comprendo porqué se termina el cuerpo pero porqué no se acaba nunca... la Vida.

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Se lo dedico a las manos de todas madres.

lunes, 24 de agosto de 2009

Poemas para una conducta


Poema breve para cortos.
YA

Poema breve para listos
HABLA CLARO

Poema breve para inteligentes
¿QUÉ MÁS, APARTE DE YA?

Poema breve para superdotados
¡ANDA YA!

Poema breve para sabios

...


Poema breve para tontos del culo
ya, ya, lo sabía, lo sabía, sabía que algo querías decirme con todo esto,
a mi no se me escapa una, era lógico pensarlo porque hay personas que son así, no pueden dejar de pensar e inquietar, bla, bla, bla.

Y luego la rueda vuelve a empezar...

(Yo una vez fui tonta del culo, otra vez simplemente corta, otra después un poco más lista, un buen día empecé a ser inteligente, hasta hubo una ocasión en que fuí superdotada... ahora callo).
Cuando veo que la rueda puede volver a empezar...
enseguida me paro y doy cuatro saltos.

:-)

miércoles, 19 de agosto de 2009

La felicidad en plata

Gracias por prestarme tu imagen Ñoco,
sin duda es la que mejor le queda al cuento
;-)


Había una vez un paraguas mágico, ese paraguas servía para refugiarse de la lluvia pero todo el que se colocaba bajo él, de repente sentía una inmensa felicidad, su sonrisa florecía, si estaba contento chistes, bromas y gracias eran su conversación, si estaba triste sus lágrimas no asomaban y en su lugar, sin saber porqué nacía el esbozo de una pequeña sonrisa.

Aquel paraguas era mágico y su fama de ser un objeto positivo se extendía por muchos reinos y todos acudían a contemplarlo y si su dueño les dejaba disfrutar unos segundos de él, lo tomaban en sus manos, lo abrían y al sujertarlo firmemente de repente les embargababa tal felicidad que les duraba ya todo el día la sonrisa en la cara.

El vecino del dueño del paraguas no podía soportar que todo el mundo quisiera acercarse a aquella casa que albergaba aquel maravilloso paraguas. El había pintado su verja, había arreglado sus plantas de jardín, había pintado la fachada de su casa y sin embargo nadie se paraba a admirar su obra, su trabajo y su esfuerzo, todo el mundo pasaba de largo e iba a contemplar y disfrutar, por un ratito, de aquel paraguas.

Resuelto a terminar con aquella fama, durante una noche estuvo ideando la forma de que aquel paraguas dejara de ser tan popular pero nada se le ocurría, pensaba una idea y enseguida la desechaba: -no, no, eso no resultaría, - se decía, - me pillarían, no, he de buscar otra forma, algo más silencioso. A la mañana siguiente al despertarse, habiendo estado toda la noche dándole vueltas a sus ideas en la almohada, en su cabeza brillaba una malicia. Entonces con sigilo se acercó a aquella casa, tomó el paraguas y sin que nadie le viera, rompió un varilla.

La gente ya muy de mañana comenzaba a acercarse a aquella casa pidiendo ver el paraguas y cobijarse bajo él. El dueño, como hacía todas las mañanas, sacó el paraguas y lo abrió, y al hacerlo una de sus varillas estaba rota, doblada, la figura de paraguas mermó. La gente al verlo, desconfió un poco pero al final aceptó refugiarse bajo el paraguas, el paraguas les dio felicidad pero su sonrisa esta vez ya no era tan profunda en ellos, pues andaban recelosos viendo que aquel paraguas ya no tenía la correcta forma de una paraguas. Toma, toma, decía uno, algo le pasa, ya no soy tan feliz, toma yo creo que este paraguas está roto. La gente que se agolpaba en su puerta empezó a murmurar y enseguida abandonaron aquella casa. El dueño viendo que a su paraguas algo le pasaba, lo cerró y se refugió en su casa.

A la mañana siguiente de nuevo al abrirlo una nueva varilla estaba rota y por ello su tela ya no quedaba tensada. - ¡Qué paraguas más feo! - comenzaron a decir los que aún se acercaban, pues ya no eran muchos al correrse la voz de que no funcionaba bien; - eso ya no puede ya dar felicidad, hombre, véndelo, - le aconsejaban... Entonces el dueño al ver que su paraguas cada vez estaba más viejo sin entender qué pasaba lo vendió y se olvidó de él,- ya no me servía, - pensaba, - era mejor venderlo, alguno nuevo harán que pueda dar felicidad.

Pasaron varios años y un buen día corrió la fama en el reino de que un bastón al apoyarse en él volvía contenta a la gente. - Ah, debe tener las propiedades mágicas de aquel paraguas ¿os acordáis?, ¡vamos a verlo!, - se animaban. Allá fueron todos y así lo comprobaron. Tomaban en sus manos el bastón se apoyaban y de repente les invadía una extrema felicidad, eran felices de nuevo, solo apoyándose en él. Pero de nuevo aquel ser envidioso rondando por aquella lejana casa pensó: - si éste lo rompo también, si lo astillo, la gente no podrá apoyarse, y se terminará su fama. Y de nuevo, sigilosamente lo quebró. Al día siguiente su dueño llorando por que su bastón había aparecido roto y ya no valía para dar felicidad lo cogio con rabia y lo tiró por la ventana a un camino.

Una niña que pasaba por allí vió como en sus pies caía desde una ventana un viejo trozo de madera roto en dos pedazos y en uno de ellos sobreesalía de forma llamativa una empuñadura de plata. Recogió la madera con sus manitas que por ser pequeñas casi no abarcaban el grosor de aquel palo, detuvo su mirada en el pedacito de plata que lo remataba y pudo comprobar que formaba la cabeza de un cisne y llamándole tanto la atención, sonrió cogió su pequeño objeto plateado y se lo llevó a su casa.

Al llegar se lo enseñó corriendo a sus papás, ellos al verlo se quedaron prendados de la belleza de aquella talla en plata, pues el repujado era un trabajo muy fino y de gran detalle. La niña lo sujetaba fuertemente con sus manitas y no dejaba que nadie se lo quitara. - ¿Puedo quedarme con él?, - pidió con su inocente voz. Sus padres se miraron y viendo la carita ilusionada de aquella niña por su halllazgo no tuvieron objeción y le dijeron: - sí, tú lo encontraste, túyo es, quédatelo, no creo que nadie venga a reclamar algo así, que es un adorno y no vale para nada. La pequeña se llevó aquel trocito a su cuarto. Lo colocó como remate a una simpática cachava de muchos colores, de esas que llevan cascabeles y cintas de colores y allí lo posó.

A la mañana siguiente, al salir de su habitación la pequeña estaba radiante. - ¿Qué le pasa? le decía su mamá a su papá, - ¿te has fijado? no quita la sonrisa de su cara. - Sí, es extraño, vamos a preguntarla. - Hija, ¿te sucede algo?. - No, dijo la niña, no me pasa nada, es solo que hoy hace un día estupendo, los pájaros se han acercado a mi ventana a cantarme, las nubes han dibujado un tobogán para mi y el sol al mirarme y darme calor me ha hecho cosquillas en la nariz, es solo que... hoy estoy feliz.

Los padres se miraron complacidos de tener una hija tan sensible y buena y siguieron con sus tareas.

Y desde aquel día, en silencio, cada mañana la niña bajaba de su habitación le daba un beso de buenos días a sus padres y se sentaba a desayunar haciendo florecer una sonrisa en su cara.

Nadie se acercó nunca a aquella casa para ver a una niña feliz, aquel ser envidioso no se preocupó de analizar porqué aquella niña tenía una sonrisa siempre en su cara, todos vivieron tranquilos y nadie supo nunca que aquella extraña magia de luz de amor, cariño y bondad residió siempre en una vieja empuñadura de plata, la que todos siempre habían tocado al apoyarse en un bastón o al abrir un paraguas.

Esa felicidad que la niña tocaba todas las mañanas al saludar a su cascabelera cachava.
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domingo, 16 de agosto de 2009

Y se puso a llorar...

Y se puso a llorar como una niña, y se buscó los pedazos de dignidad entre las ropas, pero encontró solo unos poquitos reposados en su vestido, entretenidos en la telas de sus sueños.

Y se puso a suspirar y a mirar al cielo y no advirtió el Sol, ni tan siquiera las sombras, las nubes se le volvieron gaviotas que se alejaban de ella, los árboles se le clavaron en su ojos como muros impenetrables y cuando llegó la lluvia, todo se volvió gris y muy húmedo y el dolor se le deshizo en tempestades de luces de verdades.

Y se puso a rebuscarse el corazón y lo encontró escondido y tímido, tembloroso pidiendo le trajeran a su lado el amor bueno, el amor que lo quisiera y quisiera mezclarse con honestidad con sus latidos. Y lo tomó en sus manos pero lo advirtió cansado, tal vez dolido y lo posó en su vestido junto a los trocitos de dignidad que apenas se percibían ante el tamaño de su desesperanza.

Y se puso a cantar una canción, y de sus labios nacieron notas de olvido, vibró al compás una extensa partitura de latidos y cerró su boca, y cayeron en sus ropas los sonidos más sentidos y de nuevo suspiró y se puso, por dentro, a inventarse una nueva letra para su vida.

Y se imaginó querida, y se imaginó que las caricias eran todas para ella y los besos se envolvían de suavidad para alcanzar sus mejillas y se puso a pensar, y cogió en sus manos todas las mentiras y las rompió en pedazos que cayeron en su vestido mezclándose con su corazón y con aquellos pequeños retazos de dignidad que aún no se habían perdido.

Y se puso en pie, y lloró y le vencieron las fuerzas y se volvió a sentar y al mirarse su vestido ya no había corazón, ni pedazos de dignidad ni todas aquellas mentiras, solo la tela de sus sueños se balanceaba en su pequeño cuerpo que despuntaba mujer...

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He recuperado este texto de hace tres años, hoy, un día cualquiera de Agosto y quería ponerlo ahora aquí dedicado a todas esas personas que simplemente son excepcionales porque son parte de la naturaleza: la vida les muestra cuando han de bailar con el Sol y cuando deben mecerse con la lluvia.

viernes, 24 de julio de 2009

Unas alas de luz

Abrí la puerta y enseguida salieron revoloteando mil seres alados, virtudes, dones, caracteres, defectos, vanidades... el más audaz el Amor, volaba entre todos seguro de saber quien era. Todos andaban siempre pendientes del Amor, pues sabían que era el más relevante, el más importante, el más poderoso. A poca distancia la Pasión le miraba de reojo, nunca podía alcanzarle con sus juegos, pero a veces cuando le tenía bien cerca formaban una pareja formidable, saltaban chispas...

Un poquito más rezagado la Nostalgia buscaba hacerse un hueco para ser notada en aquel improvisado juego de sentimientos.

De repente se advirtió algo extraño, un elemento no muy bien definido, al que no se le podía poner ningún nombre tenía su cabeza baja, su mirada hacia el suelo, indicaba que estaba triste, que no lo estaba pasando bien.

Los demás sentimientos y seres comenzaron a rumorear sobre ese elemento ¿quién es? decían unos, ¿porqué está tan triste? preguntaban otros; pero nadie acertaba a dar ninguna respuesta sensata así que sin más se acercaron a él y hablaron así:

- ¿Porqué no juegas? ¿porqué no sales volando y te diviertes como todos nosotros?

- Estoy esperando, (se oyó una voz) estoy esperando a que vengan a recogerme, ya se están retrasando...

- ¿retrasando? ¿esperando? pero ¿qué es lo tratas de decir? no te comprendemos, ¡explícate mejor!, (acertó a expresar el más osado caracter, la Impaciencia).

- Sí, veréis, yo soy la Tristeza y tan solo estoy esperando, dentro de unos momentos, estoy segura, volaré de la misma forma que voláis vosotros, es solo que ahora estoy esperando.

Todos los sentimientos se quedaron muy confusos sin saber bien qué estaba esperando aquel ser que no parecía poder volar ni tan siquiera lo intentaba.

Pasaron varios minutos pero por allí no aparecia nadie de los que ya estaban. La Ilusión que jugaba con la Compasión al escondite se le acercó y le dijo: yo te comprendo, esperas que venga alguien a quien necesitas mucho, pero aunque yo me quede a tu lado no por ello puedo asegurarte que vendrá, pues yo sé que no es suficiente la Ilusión para conseguirlo. Al rumor de la conversación se acercó la Paciencia y le dijo:

- Yo me quedo si quieres aquí un ratito, tal vez sea necesaria mi compañía si pasa el tiempo y nadie aparece. Voy a llamar al Don de la Oportunidad, tal vez nos ayude con esta espera.

También se aproximó el Orgullo pero viendo que todos andaban muy sumisos y humildes decidió no quedarse, no era su lugar, le aburría esa reunión tan pausada de débiles y entregados.

Al poco rato se vio un resplandor grande en el cielo, la Tristeza se incorporó un poco y pudo percibir cómo dos alas blancas y radiantes bajaban desde los cielos para posarse con suavidad sobre su apenada y encorvada espalda. Al contacto con su piel se fundieron en su cuerpo y majestuosas se desplegaron por encima de todos los sentimientos reunidos. Aquel sentimiento triste entonces agitó las alas y brindando una sonrisa de luz se elevó al cielo y llamando a su lado al resto de sus compañeros se puso a jugar y disfrutar revoloteando por los aires. La Paciencia viendo que ya no tenía sentido permanecer allí también agitó sus alas y se levantó del suelo. La Ilusión, ilusionada de que todo hubiera terminado bien, emprendió vuelo para reunirse contenta con sus amigos de juegos. El Orgullo se sintió desconcertado, tal vez no había medido bien las fuerzas de la Tristeza, tal vez se había precipitado en su juicio sobre ella. Le comentó el suceso a la Soberbia que comenzó a mirar a la Tristeza con otros ojos, con más amabilidad y simpatía, tal vez pensando qué en ocasiones podían tener un mismo rostro en su fondo.

El Amor abrió muy grandes sus ojos y con total asombro mirando cómo la Tristeza se ponía una sonrisa en su cara y se confundía con la Alegría les preguntó a todos un poco asustado:

- ¿Quién es ese ser? ¿Quién es capaz de acercarse a la Tristeza, coserle unas alas y lograr implantar en su rostro una sonrisa?

¿Quién es más poderoso que yo?, ¿quién puede ser más poderoso que yo? preguntaba insistente el Amor, totalmente desubicado.

La Esperanza, la Esperanza, ¡la Esperanza!, se oyó en ecos en el cielo el batir de alas blancas de una verdad.

El Amor, miró a todos sus compañeros que revoloteaban por el cielo, miró sus espaldas... vió esa nueva luz de Esperanza en la Tristeza... y comprendió.


lunes, 29 de junio de 2009

Poema de la melancolía - Jose Francisco Mielgo

Quería dejaros hoy un escrito de gran belleza de un autor que tiene sus pies en la tierra y el alma en las nubes y os animo a que visitéis sus páginas de cuentos y dibujos infantiles: dibucuentos porque es realmente encantadora para todos los que tengáis peques y queráis disfrutar en familia de un momento de ilusión.
Y también para todos aquellos que simplemente queráis pasar un rato creyendo en cosas sencillas que despiertan sonrisas.
He tratado de hacer una imagen que refleje sus sueños, espero haberme acercado a ello.

Poema de la melancolía

A menudo yo también me paro a pensar y, con su tintineo, el reloj del paso del tiempo de mis sentimientos, me hace volar. Y vuelo por el pasado, por los jirones etéreos de brillantes sentimientos que vamos almacenando, como canicas de la suerte, o cromos nuevos que de niños íbamos acumulando. Sí, es el álbum de fotos que en nuestra mente todos tenemos, repleto de sueños y vivencias y vayamos donde vayamos siempre nos llevaremos.

Sueño con un mundo hermoso de libertad
Donde nuestros antepasados vivieron por la verdad.
Sueño con un camino azul entre la tierra y el cielo
Con una dorada brisa que me va envolviendo en su velo.

Quiero recordar antiguas sensaciones que formaron parte de mi pasado para así mirar al mañana con otros ojos no empañados de lágrimas melancólicas, sino del brillo refulgente de una estrella reflejada. Sí, en el barco de los recuerdos siempre se marcha el pasado, y un poco de nosotros en él; pero la estela que va dejando en ese mar de la vida siempre servirá de camino para que por él partamos, inevitablemente, en la búsqueda de nuestra fortuna.

Sueño con verdes senderos por donde descalzo camino
Y, como escudo, ese sentimiento puro bruñido del alma.
Sueño con los perfumados besos del viento del alba
Con ese deseo o sensación, una corazonada del viaje a mi destino.

Tal vez busque en mi diario, donde las páginas garabateadas de mi vida mi hado ha ido anotando, donde tal vez encuentre reflejada la coherencia existente de ese puente entre mi cuerpo afincado y mi espíritu errante; y sólo así, tal vez, ocurra que comprenda los escarceos que se van dando en la vida entre lo que ocurre y lo que realmente quisiera que ocurriera. Pero este mundo es así y los sueños también, por mucho que intentemos cambiarlo.

Sigo soñando, no obstante, cada vez que miro tus ojos
Un reflejo azulado brilla en ellos, y me pongo a imaginar.
Sueño con la verdad; sin vanidades, vicios ni triviales antojos
Observo la sutil caricia del recuerdo y me pongo a caminar.

Cada vez que miro atrás veo mis huellas bajo un polvillo gris. Su intención no es otra que querer borrar lo que una vez hice. También veo y siento, percibo y diviso, atisbo y vislumbro a todos aquellos amigos que quedaron en el pasado. Sus sonrisas, sus abrazos… me llenan hoy con la nostalgia del pasado, con su magia, con todo aquello que viví hoy me siento marcado. Por eso, cada mañana, creo que inconscientemente canto al futuro con un poema del ayer, melancólico, pero pletórico de fuerza y sencillez: que viviré en mi morada de ensueño tan fastuosa o humilde como los cimientos que fui edificando en el pasado.


J. Francisco Mielgo


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viernes, 26 de junio de 2009

Nos empeñamos...

Nos empeñamos en no hablar, mas no comprendemos que los sonidos que salen por otras bocas comparten, aunque no lo deseemos, el mismo aire que respiramos.

Nos empeñamos en no mirarnos, mas no alcanzamos a entender que los ojos que elegimos mirar tal vez llevan encerrados las imágenes de quienes no deseamos ver.

No empeñamos en decepcionar, mas no calibramos bien en la respuesta el alcance del daño que nos hacemos a nosotros mismos al decepcionarnos.

Nos empeñamos en mentirnos, y trabajamos afanosamente por construirnos castillos inaccesibles que no se puedan conquistar, mas no somos capaces de distinguir que los sueños no van por tierra, sino volando y de esa forma penetran en las ventanas de nuestros dormitorios y donde nos creemos invencibles, a salvo, nos despertamos sin saber porqué... asustados, como
llorando.

Nos empeñamos en engañarnos y vivimos engañados, nos esforzamos en alejarnos y vivimos distanciados, nos afanamos en afirmarnos y vivimos todo el tiempo de nuestra vida firmemente aposentados... pero cuando sostenemos en nuestra propia mano una mano inerte, cuando descubrimos una lágrima retenida sin vida en las cuencas de unos ojos, cuando buscamos una última palabra y nos regalan un primer silencio eterno, el único que es eternamente disculpable, entonces como en una ráfaga de realidad nos damos cuenta de que tan solo vivimos esta vida... empeñándonos.

Y en ese momento, las distancias, los malos gestos, los desprecios de cariño, los ecos de un amor que nunca despertamos se vuelven humo, huecos de vida que ya no necesitamos llenar, se vuelven palomas de paz que soltamos libres a los cielos sabiendo que volarán muy alto, que no
regresarán a nuestro lado.

Es en ese momento en el que descubrimos que hay dos formas de vivir en esta vida, una es tachando siempre con temor a las personas a las que no queremos a nuestra lado, porque no comparten nuestro sentir, porque nos asustan, adolecen de defectos que nosotros no tenemos y por tanto rechazamos y la otra es simplemente... abriendo los brazos y esperando confiados, pues si somos honestos es la propia vida quien selecciona para nosotros lo que debemos tener cerca nuestro, lo que ha de vivir a nuestro lado, lo que por nuestra generosidad y naturaleza nos ganamos.

Nos empeñamos en decir adios, en huir para vivir... y vivimos estúpidamente distanciándonos tan solo porque nos distanciamos.

Qué bello sería todo si nos diésemos cuenta que en la pupila del amigo que apreciamos puede estar quien ya no queremos ver, en el oido del que no queremos atender pueden estar las palabras de aquel que queremos escuchar y en la negativa a abrir nuestro espacio y compartir un sentimiento. puede vivir el afecto que necesitamos descubrir. Nos empeñamos...

Nos empeñamos.

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Qué necedad no comprender que todos compartimos un mismo aire, nos respiramos.

martes, 16 de junio de 2009

Enigma tonto para personas listas




- Deseo que nadie deje en el silencio ninguna pregunta tuya importante y si acaso te contestan que sea porque necesitan contarte una verdad, no para seguir mintiéndote.

- Deseo que no te rompan tu tiempo de esperanza, con egoísmos, con miedos, con dudas, con juegos de inquietud, hipocresías o distancias. Al fin y acabo, todo rompe igual.


- Deseo que te den abrazos y besos, no como si pensaran que te lograrán dominar, si no como si creyeran que te pueden perder.

- Deseo que tengas paciencia, los malos... pierden siempre la única batalla importante de la vida... la de la conciencia. Y si acaso tú fueras el malo/a... deseo que los demás tengan paciencia contigo.

- Deseo que no llores, pero si necesitas hacerlo que sea sólo por amor o por dolor, no por soberbia.


- Deseo que rías por entusiasmo y sonrías por ilusión, pero que jamás le dediques ni una sola carcajada a algo que a otra persona le duela. Eso no es de gente de corazón limpio.


- Deseo que al menos por una vez en la vida logres un imposible, pues no marcharás de esta vida sin darte cuenta de cuáles fueron tus equivocaciones.


- Deseo que ames, por encima de ti mismo/a, no existe clase de amor más verdadero ni que dure tanto que el amor que se entrega sin esperar nada a cambio.


- Deseo que dejen de disculparte, simplemente para que puedas perdonarte a ti mismo y así traspases el pasado que ya no está.


- Deseo que te regalen humildad y honestidad, porque quien alardea de tener siempre razón o de no darse cuenta del mal que hace, no sabe lo que son verdaderos regalos.


- Y si no crees que tanta cosa buena sea positivo que yo te desee para ser mejor persona y ser más feliz, quédate con esto: te deseo con todo el corazón que NO llegues al final de tu vida sin haber podido ver, aunque sea por un solo instante, en unos simples deseos, la hermosura de un matiz diferente.



***


Solo un tipo de personas son capaces de entender


bien y con sencillez


lo que escribo.



¿sabeis quiénes?


***
(en cinco días pondré en un comentario la respuesta a la pregunta, si alguien no lo dice antes claro, je)

Solución al enigma: Las personas que confunden algunos matices del rojo y el verde (daltónicos), esos realmente entienden lo que he querido expresar.
:-)



lunes, 8 de junio de 2009

Un paso sabio

Un hombre vivía con un gran dilema en su vida:

Un día desesperado por no terminar tomando la decisión más sabia acudió a un mago para que le aconsejara.

Tras escuchar su problema, el mago le dijo: - mira para que tomes la decisión más sabia toma esta piedra, sube a lo alto de aquella montaña que ves allí y desde la cima lanza la piedra hacia arriba, hacia el cielo y escucha atentamente mis instrucciones:

Si la piedra cae sobre el lado derecho de tu persona significará que NO estás haciendo las cosas bien, que algo te impide ver la verdadera dimensión de todo, que has de tomar tu decisión fijándote en otros aspectos que hasta ahora no has contemplado en el problema. Mira a tu derecha, y da un firme paso. En ese preciso instante acudirá a tu pensamiento la decisión más sabia.

Si la piedra cae sobre el lado izquierdo de tu persona, significará que SI estás haciendo las cosas bien, que has de seguir tu instinto y reforzarte en la postura que desde un principio te has marcado, que has de tomar tu decisión fijándote sólo en esa realidad para no confundirte con otro tipo de realidades que no van contigo. Mira a tu izquierda, y da un firme paso. En ese preciso instante acudirá a tu pensamiento la decisión más sabia.

El hombre satisfecho ante las palabras del mago se alejó de allí despidiéndose de él con enorme gratitud.

Al llegar a la cima de aquella montaña, muy serio miró aquella piedra y lanzándola con gran ímpetu hacia el cielo se dijo con confianza: ¡vamos allá! ¡tú me dirás cuál es el mejor paso!.

Pasaron muy pocos segundos cuando de repente la piedra golpeó en el centro de la cabeza del hombre provocándole un dolor insoportable que le obligó a caer al suelo. ¡Ay¡, ¡ay!, ¡ay! gritó el hombre dolorido por el impacto.

Arrodillado y llevándose las manos a la cabeza notó por la humedad de sus manos que estaba sangrando y trató de taponarse la herida con un pañuelo. Luego muy despacio y aún aturdido se levantó del suelo y tras unos minutos de recuperación se fue con gran enfado a buscar al mago.

- ¡Me has engañado! le dijo el hombre al mago con rabia en los ojos, contándole con todo detalle todo lo que había sucedido.

- ¿Hacia qué lado cayó la piedra después de golpearte en la cabeza?, dijo en mago con mucho tranquilidad.

Entonces el hombre muy desconcertado y con la voz muy baja acertó a decir: - no recuerdo, es que el dolor fue tan grande, que eso ¡no puedo recordarlo!.

El mago entonces le tomó de las manos y le dijo así: así es la vida, mientras andamos pendientes de tomar en todo momento la decisión más sabia, no nos damos cuenta de que es nuestra propia inmovibilidad la que nos provoca más daño.


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Tal vez todo se trate de eso, de dar el paso más sabio:
no quedarse parado.

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viernes, 5 de junio de 2009

Día feliz de cumpleaños



Los días en que algún amigo cumple años,
no sé qué me pasa en los ojos,
todo se llena de colores
y no logro distinguir
si estoy viendo un fractal,
un paisaje
o todo es un sueño...


He de mirármelo :-)

Mientras tanto, Felicidades Rafa, con todo mi cariño.

(Aprovecho para pedir perdón a todos aquellos a los que por alguna causa que, desde luego, no tiene disculpa, no he felicitado en sus cumpleaños este año, tarde o temprano yo me acuerdo, si no es este año es el siguiente, pero yo siempre me acuerdo ;-)

martes, 2 de junio de 2009

Los amigos de papel

En 2007 me enviaron esta imagen y verla, simplemente verla me inspiró un escrito, aqui os lo dejo.

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A menudo pienso en la suerte que nos lleva a tener a unos amigos de papel.

Son esos seres que abrazan con sus letras, empresa difícil de llevar a cabo, pues un abrazo parafraseado ha de contener mucho cariño y afecto para que llegue a convertirse en gesto cálido y tierno en los ojos. Pero ellos lo consiguen, esos amigos de papel abrazan y hacen sentir bien cuando se nota esa caricia de palabras justo en el centro del corazón.

Los amigos de papel, a pesar de ser de papel no se los lleva el viento, ni se los lleva la vida, viven por dentro, recubren de esperanza cada palabra alargada, lo mismo hacen reir con una interrogación pícara, bien puesta, como enamoran con un gesto exclamativo o desconciertan con unos puntos suspensivos, que quedan también suspendidos por un tiempo en el alma.

A los amigos de papel no se los lleva el tiempo, ni los recuerdos, no se alojan en la basura como si no valieran nada. Son amigos de papel que se acumulan, se coleccionan, se posicionan, se afianzan, se releen con quietud, se saborean con entendimiento y dulzura. Los amigos de papel, por ser especiales, se les tiene tanto afecto que se convierten en mudos testigos de una vida, de un sentimiento puro y sin palabras.

Estos amigos de papel a veces hacen llorar, a veces hacen reir, pero siempre es de emoción pensando: ¿salieron del corazón?

Los amigos de papel, son fuertes y entusiastas, viven de alientos de verdades y de los misterios de sus realidades. Tantas veces acompañan. tantos pensamientos ayudan a entender. No pretenden invadir ningún espacio del corazón, solo se muestran alegres, sencillos y perdurables. Los amigos de papel no se rasgan con mentiras, ni se emborronan con olvidos, ni se esconden con nostalgia, los amigos de papel son fieles a ese momento en que el corazón los extrae y los ojos los reclaman. Siempre están ahí, siempre ayudan a entender, incluso lo que no está escrito.

Así son los amigos de papel; son compañeros y cobran vida y por unos pequeños instantes al verlos extendidos entre las palabras hacen que se llenen los ojos de orgullo pensando: sí, son creaciones perdurables, no fantasías de olvido.

Los amigos de papel son algo así como ejércitos de seres solitarios que dan la mano y acuden a levantar el ánimo cuando nos encontramos vencidos. Hay amigos de papel que a veces ni se les reconoce y como en las grandes amistades hay una grata sorpresa al comprender que también forman parte de nuestro ser.

Hay quienes juzgan a unos sencillos amigos de papel por el valor que tienen sus emociones, por el tamaño de sus ilusiones o por la altura de sus palabras. Y los desgastan, los deslucen o los acostumbran a una rutinaria mirada. Hay quien cree que esta vida solo se cambia con palabras. Pero los amigos de papel saben que eso no es cierto, que hay imposibles que cuando se escriben con el corazón parecen, solo por un momento, alcanzables. Y luego la inercia de su destino los recubre de realidades.

Los amigos de papel son especiales, elevados, inimitables.

Y hay algo extraordinario que distingue a estos amigos de papel de otros seres letrados que llenen una mirada, es una sola cosa que no pueden hacer estos amigos de papel, una sola cosa que les obliga a esconderse siempre entre los sentimientos de las palabras silenciando sus deseos de cercanía:

¿sabéis amigos lectores cuál es?

Los amigos que son de papel a pesar de ser tan grandes, tan abundantes, tan fieles, tan fantasiosos y tan solidarios, ¡son reales!, porque son incapaces de apagar un fuego si se posan sobre él.

Lo avivan más y lo saben.

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Dedicado a todos los cuentos, silenciosos amigos de papel que nos hacen compañía.




miércoles, 27 de mayo de 2009

lunes, 25 de mayo de 2009

Gratitud


Le estoy agradecida a la vida, por ser como soy, por no haber necesitado cambiar nada esencial de mi para ser cada día mejor persona. Le estoy agradecida a la vida por mi fortaleza, por mi entusiasmo ante las pequeñas cosas que conforman una sencilla felicidad, por mi creatividad para superar adversidades, por mi ingenuidad para querer y por mi capacidad de superación.
Y sobre todo le estoy agradecida a la vida porque mi agradecimiento ni tiene precio ni tiene caducidad.
Y hale, ahora palante, que la vida son dos días y uno ha de utilizarse para dar las gracias!!

sábado, 23 de mayo de 2009

Escrito positivo para elevar a la máxima potencia mi vida


El querer es inevitable... el amar es opcional.
(lo que estuvo aquí, era pasado)
Mi vida es mi mejor presente.
......................

martes, 19 de mayo de 2009

La palabra que lo puede todo

Después del último post que tenía ganas de ponerlo porque de veras que a veces hay que tener mucha paciencia y una gran dosis de positividad ante cierto tipo de gente vacía, que solo desea perforarte las ilusiones, porque sin poder ser felices ellos no desean que lo seas tú (y mira que es triste tener decir algo así) ahora quería dejaros algo bonito, positivo, cierto, un cuento, una escrito bonito de superación para que os anime en vuestras cosas y encontréis siempre ante la adversidad, ante ese egoismo que tantas veces nos paraliza y oprime y resta esperanzas, un punto de apoyo, un trampolín de sueños que pueda impulsaros nuevas metas con cariño y con respeto.
Un abrazo a todos, siempre.


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- ¿Qué haces?

- Estoy escribiendo.

- ¿Y qué escribes?

- Una palabra grande.

- ¿Qué es eso de una palabra grande? ¿te refieres a una palabra en mayúsculas?

- No, me refiero a una palabra grande, una de esas palabras por las que merece la pena luchar, herirse, proseguir intentándolo todo siempre, tal vez sea una palabra demasiado grande para mi.

- ¿Qué palabra es esa?¿Es una palabra muy larga?

- No, es pequeña, muy pequeñita.


- No entiendo, ¿cómo una palabra grande puede ser pequeña?

- Es que esa magia a veces se da en las palabras. Hay palabras que surgen, palabras que crecen, palabras qué sueñan y luego hay palabras grandes que. . .

- ¿Una palabra que surge? ¿cúal? ¡Dime una, por favor!

- AMOR.

- Claro, ¡amor!, esa palabra surge y es bonita.

- Y ¿hay alguna palabra que crezca?

- Sí, la hay: AMISTAD.

- Ah, amistad, es una palabra muy bella también y, ¡es cierto! puede crecer mucho.

- Y dime, ¿hay palabras que sueñen? ¿sabes alguna?


- PERDÓN.

- Anda es verdad, perdón también es una palabra bonita que tiene bonitos sueños de esperanza.

- Y oye, dime, yo no sé si existirá pero. . . ¿hay una palabra que lo pueda todo?

- ¿Una palabra que lo pueda todo?

- Sí, sí, dime una palabra que lo pueda todo.

- Explícate mejor, no comprendo qué pides.

- Pues yo quiero que me digas una palabra que sea mayor que el AMOR, que la AMISTAD, que el PERDON, una palabra que lo abarque todo, una de esas palabras humanas, por la que se es capaz de hacer locuras, de intentarlo todo, de esforzarse, de fracasar y sin embargo tomar fuerzas del amor aunque no surja, de la amistad aunque no crezca, del perdón aunque ni se pueda soñar, una de esas palabras que solo son argumento de buenos corazones, una palabra que no lastime, que no ofenda ni asuste, una de esas palabras que al pronunciarla, aunque se diga en silencio, ya se entienda todo. ¿Conoces alguna? ¿crees que existirá una palabra más grande que todas las demás?

- Sí, claro que la hay. Es una palabra fácil de decir pero muy dificil de expresar, una palabra que si se pierde nunca se puede volver a encontrar a solas, siempre hay que hacerlo con ayuda de los demás y si nadie te quiere ayudar a recuperarla, no tenerla se convierte en un eterno sufrimiento que se padece en silencio, a solas. Es la palabra que he escrito, es la que necesito, es la palabra que no tengo, la que me hace siempre llorar, ¿quieres que te diga mi palabra más grande??

- ¿Tú palabra grande encierra todo eso? pues, ¿cúal es esa palabra tan grande que lo puede todo????

PAZ

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Entonces alguien me miró a los ojos, que enrramados de tristeza trataban de apartar la vista, de esconderse, sé que en mi ojos siempre se refleja mi corazón y no deseaba mostrarlo, y sujetándome la cabeza me miró con cariño y me dijo: yo conozco una palabra aún más grande que esa, una palabra aún más pequeña de escribir que PAZ, esa es la palabra que en tu vida lo puede todo, la que un día hará justicia, la que no debes olvidar jamás.

¿Cúal es esa palabra? - me atreví a preguntar con un hilo de voz en los labios.

FE

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El color de la positividad

"Esta historia que te cuento es cómo un grito,
una voz desesperada que grita pidiendo auxilio.
Auxilio por no ver nada que me llene en el camino,
auxilio por ver que hay mucha falta de cariño.

Me paro y me pregunto por qué no vives
rodeado de más verdad y buscando ese equilibrio,
que te llene de valor y que te quite del suicidio,
de tener que defender para sentirte más querido.

ESTRIBILLO:
Usando menos el coco y un poquito más la piel,
ya que somos lo que somos.
y si no lo quieres ver...
eres tonto!!!
Sino te gustas es que no estás vivo.
eres tonto!!! y eso es algo que nació contigo
y mañana al despertar saltar de la cama,
luchar tu mañana, mirar a la cara
que no debes nada
ERES TONTO!!
Salir a la calle sin la tontería
sacando de dentro entera tu vida... entera tu vida.

Y parece que está de moda ir de tontito.
Aparentar, ser la persona que siempre tú habías querido.
Dime por qué no te quieres aunque sea sólo un poquito.
Y por qué no eres tu mismo y no algo parecido."

Usando menos el coco y un poquito más la piel...
(El Canto del Loco)

martes, 21 de abril de 2009

Esperanza

Toda espina tiene su Rosa, toda estrella tiene su cielo, toda piedra su camino.

Toda lágrima tiene su mar.

Y todo futuro... su esperanza.

Mucho ánimo Carmen Rosa, un beso gordo.


domingo, 22 de marzo de 2009

En el borde del mar


A veces, en el trancurso de nuestra vida nos sucedes algunas cosas maravillosas, no sabemos precisar bien porqué suceden, tal vez no haya ningún motivo que nosotros debemos conocer, simplemente pasan. He aquí una historia:


- Buenas tardes.

- Buenas tardes.

- ¿Le importa si me siento aquí?

- No, para nada...

- Gracias.

Unos segundos de silencio...


-¿Está bonito el mar hoy, verdad?

- Sí, muy bonito, la verdad es que es una bahía preciosa la que tenemos.

-Yo vengo muchas tardes a sentarme en este banco, se está tan bien aquí...

-Yo... es la primera vez que me siento aquí... necesitaba... ver el mar, está tan bonito... donde vivo no lo puedo ver y siempre lo echo en falta.

- Si uno no ve el mar... algo le falta, ¿verdad?

- Pues sí, es cierto, algo falta...

- Mire, ¿ve esa niña tan guapa que juega allí?

-¿Quién? ¿aquella?... está muy cerca del borde, ¿no? se puede caer, habría que avisar a su madre, decirle algo...

- Eso mismo me digo yo, y parece que cada vez se acerca más, podría caerse y su madre no se enteraría, mírela, su madre es aquella, hablando con otras personas y dándole la espalda, como siempre...

-Es que con los niños hay que tener mucho cuidado... no paran quietos... son muy traviesos...

En ese momento la niña se sentó en el suelo, más separada del borde, a jugar.

- ¿Sabe? Yo tengo tres nietos!... son muy guapos.

- Seguro que lo son...

- Sí, lo son, muy guapos.


Pausa de un tranquilo silencio... dos personas mirando el mar...


- Es usted una mujer bella...

- Ah, pues muchas gracias.

-Si tuviera menos años... ¡la conquistaba!.

La mujer miró al hombre con simpatía; sentado en su banco mostraba unas sienes plateadas, ojos color miel, una infinita experiencia arrugada generosamente en su rostro, bien peinado, con un elegante traje color azul oscuro, corbata, camisa impecablemente marcada en cuello y puños, chaqueta a medida, atada en su botón central, zapatos lustrosos y una mirada suave que se parecía a esa bahía en calma... olía bien...

- Parece usted un buen hombre...

- Y lo soy...

- Lo dice muy convencido...

- Es que soy un buen hombre, eso cuando se sabe, hay que decirlo muy alto y sin dudarlo, hay que decirlo con claridad.

-Pues... la verdad es que tiene razón, si ya se sabe hay que decirlo en alto... claro que sí.

- Hay mucha gente que no puede decirlo...

- Sí, hay gente que no puede decirlo tan claro...

- Se ve que es usted una mujer con suerte...

- ¿Con suerte?

- Sí con suerte, tiene unas manos bonitas, no ha trabajado duro, tiene una sonrisa bonita, es feliz, tiene un pelo precioso, me recuerda usted a mi mujer, que en paz descanse. ¿tiene novio?

- (La mujer sonríe). Es usted todo un conquistador...

- No, solo me gustan las mujeres guapas ¿tiene novio?

- Algo así se podría decir, pero no tengo prisa...

- Claro, es lógico, es usted tan joven... diga que sí, no tenga prisa, solo disfrute de la vida... si yo tuviera menos años...

- Se conserva usted muy bien, las personas buenas siempre son bellas da igual la edad que tengan.

Los ojos del anciano miraron fijamente a la mujer y luego sin más el viejo hombre de aspecto trajeado sonrió y continuó mirando el mar.

- ¿Sabe? usted tiene en su vida alguien que le ama...

-Sí, muchas personas me quieren (dijo la mujer enfrentando su pensamiento y sus ojos al horizonte...)

-¡No!, ¡no!, me he expresado mal... no me mal interprete... yo no me refiero a su pareja, yo me refiero a quien realmente le quiere...

La mujer le miró con sorpresa... apenas podía pronunciar palabra, solo le miraba, trataba de distinguir quién era, qué hacía allí, no entendía porqué hablaba así, no lo conocía. Comenzó a sentir un escalofrío, algo le incomodaba, quería marcharse y... no sabía cómo despedirse sin molestarle, sin que notara que ya no quería hablar más... había empezado a tener ganas de llorar.
-Si mucha gente me quiere... yo también soy buena persona, bueno, se hace tarde, creo que voy a marcharme ya...

-Lo entiendo, soy un pobre y loco viejo con el que nadie quiere hablar...

-No, no es eso, no piense eso, es solo... que se me hace tarde, de veras y... pero... oiga, perdone... dígame, ¿porqué ha dicho eso? ¿de quién hablaba? ¿a quién se refería??

-Ah, no era nada... yo solo lo decía por ese que está lejos de usted, que no le habla...

-Ah, sí ya claro, bueno - dijo la mujer un poco indecisa, sin saber bien ni lo que estaba diciendo- ya le entiendo, - y tratando de no escuchar más añadió-: bueno, pues encantada de conocerle, he de irme ya...

-Ah, perdone, soy un viejo torpe, siento haberle molestado, a veces digo las cosas sin pensar, todo el mundo me lo dice... he sido insensible ¿se ha molestado?, preguntó el hombre en tono calmado.

-No, no se preocupe, no es nada, es solo que... bueno nada, que ya he de marcharme... es tarde.

-Por favor, antes de irse ¿me hace un favor?

-Claro, sí, dígame, ¿qué necesita?.

-Dígale a esa mujer que vigile a su niña, yo soy un viejo y mis piernas están torpes.... a mi no me haría ni caso, me pone nervioso verla... mírela otra vez en el borde, dígale que su niña se puede caer...

La mujer le miró entonces más detenidamente, en su rostro avejentado no se percibía ningún signo que no fuera de simple y serena sensatez...

-Sí, sí, claro, no se preocupe ahora mismo se lo digo... respondió la mujer.

Dicho esto, se acercó a aquella señora y señalando a la niña le indicó que tuviera cuidado con ella porque podía resbalarse y caer al mar. La señora miró a la mujer, luego echó una leve mirada hacia el banco y después girándose le dio un pequeño grito a la pequeña para que acudiera a su lado, la niña, obediente, se alejó del borde y se acercó a su madre. La madre le dio entonces las gracias a la mujer y continuó hablando.

Aquella mujer se volvió entonces hacia el banco que ocupaba el anciano y al verle sentado con su traje impecable mirando complacido sintió pena y se acercó para despedirse correctamente de él.

- Ya se lo dije, no se preocupe, ¿vale? esté tranquilo... la niña ya está con su madre, bueno, pues encantada de...

- ¿Me deja decirle una cosa?, solo una... por favor... le interrumpió el hombre en tono de súplica.

- Eh, sí, dígame, ¿qué es?

- El le ama, él le ama, aunque usted no pueda verle, nunca ha dejado de quererla, no lo olvide nunca. Ah, y... -añadió el viejo como si se olvidara de algo importante-, otra cosa más: muchas gracias por ese favor y por darme estos minutos de charla... hoy me sentía muy solo... ya se sabe, con los viejos tontos como yo nadie habla.

La mujer le miró sorprendida y dedicándole una sentida sonrisa, emocionándose pero sin poder decirle nada se alejó del banco camino de su coche. Al abandonar el paseo su corazón estaba en un puño, caminaba nerviosa, no podía pensar nada, estaba aturdida, solo tenía en su mente, en sus ojos, la mirada de ese hombre diciendo esas palabras.

Minutos después ya de camino a su casa al pasar de nuevo, dentro de su coche, por delante del paseo allí vió a ese viejo hombre de aspecto trajeado al que una niña pequeña, la misma que había estado jugando al borde del mar... le llevaba de la mano, junto a ellos aquella señora algo le iba diciendo al viejo hombre trajeado de azul...

Aquella mujer, entendiendo, sonrió y sin saber porqué, creyó en sus palabras.

Al llegar a su casa, contó a su madre lo que había vivido.

La madre escuchó atentamente su historia y mientras iba finalizando la mujer notó que sonreía y asentía. Al terminar simplemente le dijo:

- Ah, qué gracia, ¿ti también te ha pasado?, es un hombre muy mayor que está un poco loco... no sabía eso de que tuviera una nieta...

La hija se quedó sorprendida, y añadió:

- ¿A ti también te ha dicho que alguien te ama?

- Sí, al parecer lo dice siempre, dijo la madre muy tranquila.

- Pero... dime... ¿de quién habla?

- Habla de Dios.


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Homenaje a un hombre trajeado...

La incomprensión que padecen las personas en el ocaso de su vida... nos hace detenernos a pensar en un tipo de soledad dificil de apreciar pero que es real... nos educa para escuchar más y ser más comprensivos.

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domingo, 1 de marzo de 2009

Gesto cercano

Esperaba el ascensor, cuarto, tercero, segundo.... ah ya llega, me he dicho cuando he observado en una pantalla digital que se aproximaba al bajo.

Al abrirse las puertas cual no sería mi sorpresa al ver a una pequeña niña de rizos morena, grandes ojos y carita a punto de llorar mirándome y sola. Su cuerpo ha retrocedido, no podía pronunciar ni una sola palabra cuando ha decidido que el llanto era lo único que podía ayudarla en ese momento. Al verla yo me he quedado sorprendida pensando ¿de dónde sale esta niña? ¿tan sola? e inmediatamente he comprendido que algo pasaba puesto que una niña tan pequeña, no alcanzaba los tres añitos seguramente, no era capaz de pulsar ningún botón del ascensor, su altura aún se lo impedía.

Pero la niña ha continuado mirándome, entonces yo agachándome a su altura y sujetando la puerta del ascensor para que no se cerrara le he dicho:

¿dónde está tu mamá?

Ella me ha mirado, tal vez la única palabra que entendía fuera la última o tal vez no entendía nada porque ha emitido un lloro pequeño y asustado a modo de contestación.

Yo me he acercado más y sujetando una de sus manitas le he dicho: tranquila, tu mamá va a venir ahora. La niña se me ha quedado mirando y agarrando fuertemente mi mano con sus pequeños dedos se ha quedado mirando un anillo que llevaba y que debía llamarle la atención, luego como volviendo a su realidad de niña perdida, ha vuelto a mirarme, cómo tratando de preguntarme con la mirada, tratando de entender. Yo la he tranquilizado con palabras, no tenía nada más para tranquilizarla. No pasa nada, le he dicho, creo que has bajado sola en el ascensor pero vamos a ir a buscar ahora a tu mamá.

De repente he oido en la escalera la voz de una señora que decía: - ¿mi niña? ¿dónde está mi niña? ¿está abajoooo?

Yo al entender que lo único que había sucedido es que al llamar yo al escensor la puerta en un piso se había cerrado para atender mi llamada, sujetando la mano de la pequeña y levantándome he gritado: - no se preocupe ¡está aquí en el portal!, está conmigo, tranquila, está bien.

Entonces he empezado a oir pasos apresurados bajando por la escalera. La niña continuaba mirando de frente a la puerta de la calle sin comprender que esas fuertes pisadas salían de la escalera, de un lateral del ascensor, al bajar tan rápido los ruidos eran grandes y la niña de nuevo ha empezado a esbozar un tímido lloriqueo asustadizo mirándome. Entonces yo agachándome de nuevo para que me escuchara mejor, he empezado a hablarle con la voz muy calmada, muy suave para tranquilizarla:

- mira, - le he dicho, - ya baja tu mamá, viene por las escaleras por eso oyes ruidos tan grandes y fuertes, pero no hay que tener miedo, porque es tu mamá que viene a buscarte, ya casi está aquí, lo único que ha sucedido es que has bajado sola en el ascensor pero tú mamá baja ahora para estar contigo.

La niña me miraba y no apartaba la vista de mis ojos. Mi voz suave debía chocar literalmente con las zancadas de la asustada señora, su cuerpecito temblaba ante cada pisada sonora que retumbaba sobre el entarimado de madera pero su manita se relajaba en la mía ante mi voz y así después de varios pisos ha aparecido la madre de la niña. Al ver a su madre la niña ha abierto mucho los ojos como si acabara de encontrarse con el mayor de los tesoros y soltando mi mano la ha acercado a la de su mamá, que preocupada, mientras la sujetaba me preguntaba por lo que había pasado.

Yo le explicado que seguramente había llamado al ascensor al mismo tiempo que su niña entraba en él y al cerrarse la puerta la había bajado. - Todo ha quedado en un susto -he añadido, - es lógico, estas puertas se cierran muy rápido y puede pasar.

La amable señora me ha dado las gracias por haber estado con su hija varias veces y luego se ha marchado con su niña.

Mientras yo, sujetando la puerta, entraba en el ascensor y por un momento pensando en toda la escena no pulsaba sobre el botón de mi piso, en esos breves segundos en que esa puerta aún no se cierra si no le ordenan nada, la niña, de la mano ya de su mamá, se ha vuelto y mirándome me ha sonreido, con su manita derecha girando su cuerpecito me ha enviado agitando su palma, un saludo, un despedirse infantil.

La puerta se ha cerrado por completo y en mi cara ha quedado impresa una sonrisa niña y una mano moviéndose. Apenas he podido devolverle el gesto ni una palabra puesto que no imaginaba que fuera a hacer algo así. Mientras subía en el ascensor me iba encontrando, sin saber porqué, cada vez mejor, recordando toda la escena vivida.

Dos horas después, al salir de nuevo de mi casa, me he encontrado en mi piso a una vecina, buena persona pero bastante cotilla que haciéndose la encontradiza diciéndome que iba a visitar a su hermana me ha preguntado: - ¿qué te pasó antes en el ascensor?. Yo recordando le he contestado: - ah, no fue nada, una niña pequeña que se había bajado en el ascensor sola cuando yo lo llamé. La vecina me ha dicho entonces: - sí, al oiros me he asomado, es la hija de la señora de la limpieza del cuarto piso. Yo he mirado a mi vecina tratando de mostrar poco interés en lo siguiente que iba a querer contarme y con intención de cortar el tema ella muy resuelta me ha dicho: - es un niña sordomuda.

Muda y sorda me he quedado yo mientras bajaba en el ascensor, solo pensando...

Al llegar al portal, mientras salía a la calle no podía evitar llevar en mi cara una emocionada sonrisa, tal vez fuera el mismo tipo de sonrisa que esa niña pequeña me había regalado.

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Eso sucedió ya hace algún tiempo y no he vuelto a ver a esa niña, por eso, a pesar de que escribo cuentos educativos y utilizo para expresarme muchos tipos de palabras, sé que, en su día, quiso la vida que entendiera algo importante: que existen muchas personas sordomudas en esta vida, personas que creen que porque hablan, escriben o callan, dicen cosas importantes que los demás han de entender y asumir como certezas. No es cierto, lo que no sale del corazón, no significa nada. Prueba de ello es que ese gesto de esa niña pervive en mi y jamás me ha podido darme ni un hola ni un gracias.

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lunes, 2 de febrero de 2009

Sobran las palabras



Quería dejaros algo. Este año ha empezado con menos palabras y mucho más amor y más sonrisas, por lo que haciendo balance, creo que va bien :-) y creo que aún va a ir mejor, a mi y a todas las personas que quiero y aprecio, sois tantas... la Naturaleza actúa así, repartiendo la felicidad por todos aquellos que deseen recibirla, se extiende como la savia se extiende por la ramas... con generosidad y con equilibrio y se reparte como la sangre se distribuye por las venas... con constancia y sabiduría. Quien tiene amor puro por dar le llegan personas puras, quien tiene amor cansado le llegan personas cansadas de dar.
Y cuando se está a gusto en el mundo, sabiendo lo que realmente vale la pena y lo que ya no merece esfuerzos, sobran las palabras; por tanto os dejo imagen, música y mensaje, deseándoos a todos los que leáis esto que os carguéis de energía positiva y sigáis con ánimo en este trayecto que llaman vida, nos lleve donde nos lleve y nos dure lo que nos dure.


En cada vuelta de esquina y en cada giro de vida puede haber nuevas fuerzas esperando.
Sobran las palabras si por haber dado tanto...
sin esperar nada a cambio
se recibe felicidad.




Como Hablar - Antonio Vega y Amaral