martes, 8 de junio de 2010

El universo... eres tú

Un día me puse a buscar otros mundos...

creía que si encontraba un mundo muy parecido al mío

encontraría esa armonía y paz

que le es tan necesaria al ser humano.



Encontraba mundos distintos,

bellos, grandes, pequeños, de muchos colores

con pasados dolidos,

presentes ansiosos

y futuros expectantes,

pero no lograba encontrar uno, un solo mundo...

que girara a mi mismo ritmo,

en mis mismos tiempos.


A punto de imaginarme caos,

y precipitarme al abismo de cualquier fracaso,

apareciste tú,

como aparecen las personas buenas

por esa casual manera cuántica en la que...

sin percibir motivo alguno

se intuye,

simplemente,

una diminuta razón

que lo hace todo más comprensible.



Apareciste y mi sentido emocional cambió.



En realidad yo no necesitaba encontrar otro mundo,

sino percibir que yo era ya un cúmulo de tantos mundos...

que solo debía permitirme un universo en el que reposar.


Y miré hacia el frente,

y vi soles, y luces y astros

y tierras y mares

y orden y paz

y estelas de sueños y realidades

que lo envolvían todo,

y miraste hacia el frente

y con un destello de genio,

reconociste en mis ojos...

mi enorme capacidad de ser.


Y ya no pude hacer otra cosa...

que formar parte de ti.

C.M.