Nos empeñamos...
Nos empeñamos en no hablar, mas no comprendemos que los sonidos que salen por otras bocas comparten, aunque no lo deseemos, el mismo aire que respiramos.
Nos empeñamos en no mirarnos, mas no alcanzamos a entender que los ojos que elegimos mirar tal vez llevan encerrados las imágenes de quienes no deseamos ver.
No empeñamos en decepcionar, mas no calibramos bien en la respuesta el alcance del daño que nos hacemos a nosotros mismos al decepcionarnos.
Nos empeñamos en mentirnos, y trabajamos afanosamente por construirnos castillos inaccesibles que no se puedan conquistar, mas no somos capaces de distinguir que los sueños no van por tierra, sino volando y de esa forma penetran en las ventanas de nuestros dormitorios y donde nos creemos invencibles, a salvo, nos despertamos sin saber porqué... asustados, como
llorando.
Nos empeñamos en engañarnos y vivimos engañados, nos esforzamos en alejarnos y vivimos distanciados, nos afanamos en afirmarnos y vivimos todo el tiempo de nuestra vida firmemente aposentados... pero cuando sostenemos en nuestra propia mano una mano inerte, cuando descubrimos una lágrima retenida sin vida en las cuencas de unos ojos, cuando buscamos una última palabra y nos regalan un primer silencio eterno, el único que es eternamente disculpable, entonces como en una ráfaga de realidad nos damos cuenta de que tan solo vivimos esta vida... empeñándonos.
Y en ese momento, las distancias, los malos gestos, los desprecios de cariño, los ecos de un amor que nunca despertamos se vuelven humo, huecos de vida que ya no necesitamos llenar, se vuelven palomas de paz que soltamos libres a los cielos sabiendo que volarán muy alto, que no
regresarán a nuestro lado.
Es en ese momento en el que descubrimos que hay dos formas de vivir en esta vida, una es tachando siempre con temor a las personas a las que no queremos a nuestra lado, porque no comparten nuestro sentir, porque nos asustan, adolecen de defectos que nosotros no tenemos y por tanto rechazamos y la otra es simplemente... abriendo los brazos y esperando confiados, pues si somos honestos es la propia vida quien selecciona para nosotros lo que debemos tener cerca nuestro, lo que ha de vivir a nuestro lado, lo que por nuestra generosidad y naturaleza nos ganamos.
Nos empeñamos en decir adios, en huir para vivir... y vivimos estúpidamente distanciándonos tan solo porque nos distanciamos.
Qué bello sería todo si nos diésemos cuenta que en la pupila del amigo que apreciamos puede estar quien ya no queremos ver, en el oido del que no queremos atender pueden estar las palabras de aquel que queremos escuchar y en la negativa a abrir nuestro espacio y compartir un sentimiento. puede vivir el afecto que necesitamos descubrir. Nos empeñamos...
Nos empeñamos.
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Qué necedad no comprender que todos compartimos un mismo aire, nos respiramos.
8 comentarios:
es mas que cierto una realidad.. todos somos iguales.
compartimos el mismo mundo...
el mismo aire y a un mas.
buenisimo. blog!!!
Hola Cris, como siempre me dibujas una enorme sonrisa cuando te leo. Me gustó mucho tu reflexión. Lo que hacemos a los demas, nos lo hacemos a nosotros mismos, lo que decimos a otros nos lo decimos también a nosotros. Así que va siendo hora que nos tratemos bien...
Jejejejejej
Tengo una amiga que siempre me dice que nosotros atraemos lo que emanamos de nosotros mismos, y creo en lo que dice, yo le digo que a nosotros también nos llegan las sensaciones de los demás, las que nos son más familiares,etc... las positivas y las negativas, y somos nosotros los que debemos aprender a elegirlas. A compartirlas o no.
Así que sigo entrando a leerte.
Cris eres una artista llena de sensibilidad y un enorme corazón.
Besotes Linda!!
… con la mirada…
Nos empeñamos en desarrollar la estupidez manifiesta... y a veces tenemos éxito.
Debiéramos empeñarnos en otras cosas... pero cuestan más esfuerzo.
... copitos de nieve cálida
CR & LMA
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Gracias por la visita Timoteo! y tienes razón compartimos un mismo mundo, eso es lo bonito :-) Un abrazote!
AsereT guapa qué cosas más bonitas dices! es verdad de lo que damos solemos recibir, así que cuidemos bien lo que damos pues nos llegará de vuelta ;-) Abrazos!
Hola Ñoco! y tanto que estupidez y manifiesta, que gran verdad, hacemos cosas bobas y encima las justificamos, lo llaman condición humana je, pero bueno también hacemos cosas correctas y sabias, fijémonos en ellas, verdad? Un abrazote!
Nos empeñamos en mentir, en engañarnos. Se me quedó eso.
Debemos empeñaremos en la verdad y su poder.
Un abrazo!.
qué gran verdad Rammses, la verdad libera, vaya que sí ese debería ser siempre nuestro mayor empeño intentar no mentir y sobre todo no mentirnos a nosotros mismos, tremenda cárcel de tensiones para quien lo hace, gracias por el comentario, un abrazo!
Hola Cris. Bonito pensamiento. Nos negamos a darle cariño y afecto a otros, porque son diferentes. Nos negamos a tener una linda amistad con alguien desconocido, porque somos cobardes. Nos creemos las mejores personas del mundo, porque somos de otro color, otra raza, otro nivel social. ¡Qué estupidez! Todos somos hijos de Dios, y todos tenemos un corazón que se llama vida, y late y sufre como otros corazones; y cuando una persona muere, es porque esa vida dejo de latir. Y eso le ocurre a todos los humanos, no importa su raza, su color, su posición social. Tenemos que aceptar que nadie es mejor que nadie. Es muy agradable ser importante, pero es más importante ser agradable. Nosotros los humanos nos hacemos mucho daño, por ver la vida como nosotros queremos verla, y no como se tiene que ver. Un abrazo amiga.
yo pienso que en realidad no hay una norma para ver la vida como "se debe de ver", cada persona tiene el prisma de la vida que su edad, temperamento, entorno y experiencia le han permitido tener. Para unos será más importante una cosa, para otros eso carecerá de importancia y habrá otra cosa que sin embargo sea esencial; yo creo que lo importante sería entender que mientras hagamos las cosas con buen corazón y respeto el resultado no puede hacer un daño... permanente, hacer daño a veces es inevitable, todos somos humanos, nadie estamos dentro del corazón de otra persona, no pienso que hay que pedir perdón por ser humanos, por cometer errores, pienso que es bueno pedir perdón cuando reconocemos un error, porque ese perdón ayuda a curar heridas, las nuestras y las que pudimos ocasionar a otra persona sin querer. El resto de actitudes simplemente son excusas, un disfrazar o un empeñarse en disimular cosas que no se quieren ver, sin darnos cuenta que el paso del tiempo dictamina lo que es evidente. Otro abrazo Carmen!
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