martes, 2 de diciembre de 2008

Mi deseo para todos


Con todo mi cariño os dejo mi felicitación para estas fechas deseándoos a todos una
Buena Navidad 2008 y un Mejor Año Nuevo 2009.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Dos mundos diferentes




Primer intento...

- Uy, casi lo consigues, venga, un poco más de esfuerzo, animo no decaigas ahora, ya no tiene sentido, venga, un intento más, verás como es fácil, inténtalo una vez más, lo conseguirás, ya lo verás.

- Tengo miedo, sé que me voy a lastimar...

- Animo, es necesario que lo hagas, así no puedes continuar, respira hondo, yo te observo.


Segundo intento...

Se oyó un ¡Plas!


- Ah, ¡saltaste así! yo pensé que me ibas a avisar... ¿fue dificil? ¿te ha dolido mucho?

- Sí, me dolió... pero no te preocupes, ya estoy mejor, el tiempo lo curará, aún estoy un poco aturdida, mi cabeza debe centrarse en una nueva realidad, el impacto ha sido muy brusco, no lo esperaba así, me hubiera gustado que me dieras la mano, fue complicado, no supe pedírtela o no me oiste, ¡vaya salto! me he hecho daño al caer, mira, tengo las ropas rotas y sucias, ¡creí que me iba a matar!. y tú... ¿tú qué tal estás?

- Mal, cuando me has soltado, ha sido así, tan de repente, creí que te lo ibas a pensar más, me ha dolido en las manos el vacío que dejabas... por un momento de locura, pensé en saltar...

- Pero no lo hiciste, porque tú sabes y yo sé, que la locura temporal no es razón suficiente para dar ese salto, tan solo es un buen motivo para querer dar otro giro en otro momento, otra vuelta más. Compréndelo, yo no quería dar más vueltas así, en esos locos tiempos limitados en tu realidad, mi forma de amar es más sencilla, más de andar por casa, tenía que saltar. Salté por quererte mucho, salté por respeto a tu forma de amar.

Acomódate de nuevo en tu espacio y desconfía de quienes se sientan a tu lado empujando a los demás, tal vez un día te podrían empujar a ti. Me dolería verte rodar...

- Me gustó mucho compartir una vuelta contigo...

- A mi, más.

Y dos mundos, otra vez, se alejaron girando en vueltas sencillas... esta vez felices y esperanzados cada uno en su propio mundo.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Contradicciones





Os dejo unas frases:


1.- Amor rima con dolor, por eso yo te odio tanto.

2.- Desde mi punto de vista, no lo veo nada claro.

3.- Me pones de los nervios, nunca escuchas lo que no te digo.

4.- Te confundes. Recuerdo perfectamente que ya te he olvidado.

5.- Tengo mucho hambre de ti, supongo que por eso bebo tanto.

6.- Ayer soñé que hoy soñarás conmigo.

7.- No te pongas rojo, que me ponen verde y me quedo de colores.

8.- Pienso que es mejor no pensar nada.

9.- Lo bueno del futuro es que nunca está presente.

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¿cual es con la que más os indentificáis? la mia es la 7 aunque creo mucho en la 9 :-)

Un abrazote a todos!

martes, 4 de noviembre de 2008

Brindemos...

Y si brindamos simplemente por...

haber nacido
habernos conocido
habernos encontrado
en un punto del camino,
habernos querido,
habernos escuchado,
habernos sentido humanos
y darnos la mano,´
sintiendo piel,
y haber podido despedirnos,
sin hundirnos
ni desesperarnos,
tan solo porque...
nos quisimos y
seguimos vivos.

*****

Y todo el que lea esto puede brindar por algo tan real y sencillo.

*****

miércoles, 29 de octubre de 2008

A buena hora




A veces regresa el pasado, no viene a nada, solo a regresar,
a pasar el rato, a mirar colores, a curiosear.

La vida nos lo trae, creemos que es para algo bueno, pero no es verdad,
solo viene a pasar el tiempo, a revolver heridas, a fantasear.


Y sorprendentemente, como esas ofertas que vemos del 2x1, junto a uno regresa otro pasado más. Y ya son dos. Tan iguales, tan sin motivos, tan empaquetados en si mismos, tan llenos de oportunidad. La vida los amontona, los mezcla, los confunde,
porque por si solos, tan solo son... pura vanidad.


Y al verlos, tratando de ser presente, orgullosos y vacíos de honestidad,
simplemente me sale decirles: a buena hora.

A buena hora, solo sois pasado, nada más,
ofertas de 2x1 cuya naturaleza
es tan solo... engañar.

Os dedico una canción,
a buena hora,
no merecéis más.

jueves, 9 de octubre de 2008

Me confieso




- Puedes empezar, te escucho, -se oyó una voz desconocida, cansada, lenta, rutinaria...

- Yo, yo, bueno yo...-sonó un voz niña que azorada elevaba sus ojos hacia el cielo cerrando sus manitas junto al pecho- yo...bueno yo... me confieso...

Me confieso amante de la naturaleza, de los buenos paisajes de día, de noche, de luz, color y deseos buenos.

Me confieso soñadora, creo en las estrellas y en lo que se esconde detrás de ellas, en lo que no se ve, siempre nos miran tantas bellezas desde el cielo, en ello creo.

Me confieso pescadora de momentos, creo en los impulsos que recibe un corazón sano, creo en los rincones de frescura que hay que conservar de un corazón lastimado o enfermo, en dos corazones dándose un abrazo, creo.

Me confieso enamorada, de la vida, de los espacios de calor de un sueño, de los desafíos por dar un cariñoso beso a quien me da la espalda, de los pensamientos ajenos que son brillantes, de los míos cuando son tiernos, de las manos que ayudan, de las voces que escuchan, de quienes suspiran en silencio, de quienes gritan que les hacen daño, creo y me enamoro a cada instante de los destellos que provoca en mi alma el amor de la familia, de unos amigos desprendidos en abrazos, de un trabajo hecho por mi y bien hecho, de un luminoso y amoroso te quiero, me confieso enamorada de sus ojos, con esos bellos reflejos.

Me confieso arrepentida, me arrepiento de los instantes en que no veo cielo abierto, de los lugares en los que pienso que no hay Sol, de los escondites donde mantengo mis secretos en soledad, de los anhelos que a veces no le concedo a mi cuerpo, también de aquellos excesos a que le someto, de los descansos sin paz que se hacen eternos, de mis palabras cuando se vuelven en otras mentes desasosiego. Me arrepiento de las voces que no hago callar, de los silencios que no consigo escupan su miedo, de la desesperanza que me invade la vida cuando pienso que todo lo pierdo o cuando algo no lo recupero, de todo ello me arrepiento.

Me confieso equivocada de palabras precisas, solo las expongo, muchas veces, no las escojo, no las pienso, brotan de mi alma desordenadas y yo, en mi sentir espontáneo, las voy haciendo un hueco, cuando me equivoco, lo lamento, cuando sin pretenderlo hago daño con ello también lo siento.

Me confieso retadora, rebelde para decir te quiero, confusa para entender mis pesares, dolida y asustada para expresar lo que realmente siento, esforzada en conseguirlo, sé que tal esfuerzo conlleva un hermoso premio, yo lo intento, siempre lo intento.

Me confieso idealista, de esas que llevan el alma entre las nubes y caminan con los pies en el suelo.

Yo así me confieso...

En esto la niña calló, el sacerdote con los ojos muy grandes y la voz abierta en sorpresa le dijo:
- ¡Extraordinario niña!, es como un milagro, apenas alcanzas trece añitos y hablas así, con esa soltura, con esas ideas claras, con ese manejo de palabras ¡tan profundo!... ¡tan extremo!.

- Es fácil - contestó la niña... - para mi es fácil decir todo eso.

- Pero ¿cómo lo haces? ¿de dónde salen tan hermosas palabras? - dijo impulsivo el sacerdote y emocionado mirando sin darse cuenta a las alturas.

- Pues veras, - contestó la niña, - cuando estoy muy triste, pero muy muy triste y necesito sentirme bien yo voy y me encierro en mi habitación, acerco una sillita a la ventana y me pongo a mirar al cielo...

- ¿Y es así como te llegan esas palabras tan bellas?, - dijo el sacerdote interrumpiéndola sin poder apenas aguantar en su voz la emoción que le embargaba por lo que estaba escuchando...

- No, es que no he terminado, - dijo la niña. - Yo miro al cielo y entonces extraigo de mi bolsillito el libro que me regaló mi mamá ante de irse con los ángeles... y sencillamente lo leo.

Y llevo tantos días leyéndolo... exclamó la niña con emoción que ya me lo sé de memoria. Así que hoy que me ha dicho mi abuelita que tenía que venir a confesarme, pues he recordado algo que me decía mi mamá; ella decía: hija mía tú cuando estés en un momento en que las palabras se te queden ahogadas en la garganta, en uno de esos momentos en que no sabes qué decir, un momento de esos que a veces tiene la vida que no entiendes por completo o que te hayan impuesto, tú mira al cielo y recuerda... las palabras surgirán, brotarán de ti como un rezo.

Y eso hago... yo, recuerdo.



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jueves, 2 de octubre de 2008

Descansa noche... descansa






- Mami, no apagues la luz hoy tampoco, ya sabes que por las noches tengo miedo...

- Pero ¿porqué tienes miedo tú, mi cielo?

- Todo está muy oscuro, no se ve nada, mami, mejor ¡no apagues la luz!.

- Vale, entiendo, la dejaré encendida de nuevo, pero llevas ya muchos días durmiendo con la luz encendida y eso no es bueno, así no descansas, tampoco dejas descansar a los demás...

- Pero es que tengo miedo..., -protestó la niña- además a nadie le molesta que yo duerma con la luz encendida, ¿verdad? - dijo la niña con una mirada punzante buscando la aprobación de su madre a sus palabras.

- Mira, hija, - dijo entonces la madre, - quiero contarte una historia, en realidad es una historia real aunque muy pocos creen que eso sea así ¿quieres oirla?

- Sí, sí, mami, me gustan las historias que cuentas, son tan bonitas... cuéntamela... pero, eso sí, tú no apagues la luz ¿vale?

- Vale, mi amor, yo no apago la luz pero tú recuéstate para que puedas escuchar mejor esta historia...

- Había una vez, -comenzó así la madre -, una niña que le tenía mucho miedo a la oscuridad. Siempre al irse a la cama llevaba consigo una pequeña linterna y cuando todo estaba a oscuras sacaba su pequeña luz y sin que nadie le viera, bajo la almohada para no despertar a su hermanita la encendía, al principio solo lo hacía durante unos minutos, tenía miedo a que alguien pudiera reñirla al verla, pero al comprobar que nada sucedía, que nadie le decía nada, cada día prolongaba más tiempo su luz y así pasaba buena parte de la noche con esa claridad en su camita. Por no dormir las horas suficientes al levantarse era perezosa, no hacía su cama y muchas veces no estaba de buen humor, más bien se levantaba casi siempre enfadada.

Un buen día al ir a acostarse, ¿sabes qué sucedió? pues que la linterna, que llevaba muchos días encendida y estaba ya muy acalorada le habló a aquella pequeña niña de esta manera:

- ¿Sabías que la noche te observa?, cuando no la dejas dormir... la noche se incomoda, -dijo descuidadamente la linterna.

- Eh, ¿quién habla ahí? - preguntó la niña muy asustada.

- Soy yo... tu linterna, no tengas miedo, verás, solo quiero hacerte una pregunta: ¿Sabías que la noche se incomoda con la luz?, - repetió seguidamente la linterna.

- ¿Qué la noche se incomoda? ¿qué quieres decir?, - preguntó la niña sorprendida.

- Pues eso, que no dejas dormir a la noche... tienes siempre mi luz encendida y de esa forma es imposible poder cerrar los ojos, y descansar ¿y sabes qué pasa si la noche no descansa?

- ¡No!, - dijo la niña confusa, - la verdad es que no había pensando que la noche tuviera que descansar.

- Claro que sí, es como tú y como yo, - dijo la linterna - ¿no descansa el día haciendo que el Sol se recueste en el horizonte?, pues igual hace la noche, por el día no vemos a la noche, pero ahí está y cuando todos se van a dormir,.. ella hace lo mismo, ¡se va a su cama! y se tapa con una mantita negra, de color muy oscuro, para no coger frío, la noche siempre está muy arriba, muy alta, a veces duerme un poco más destapada porque la Luna de cerca le da calor con su blanca mirada, pero el resto de las veces se tapa bien para no coger ningún resfiado y se duerme... pero, - prosiguió la linterna,- sí tú me enciendes, no dejas dormir a la noche, la desvelas, se destapa y entonces... a la mañana siguiente la Luna intenta convencer a la noche de que descanse, y ¡hay un lío tremendo!, verás ¿no te has fijado que a veces mientras empieza a salir el Sol, la Luna aún anda luciendo su cara pálida?

- ¡Sí!, -dijo la niña como haciendo un descubriento a través de las palabras de su amiga la linterna, - ¡es verdad!, yo a veces he visto a la Luna y ya era de día!!

- Pues es por eso, - continuó argumentando la linterna, -porque algún niño poco considerado no deja descansar a la noche y la Luna ha de brillar más horas para ver si se duerme un poquito y no se levanta tan malhumorada.

- ¿La noche se enfada?, - preguntó con vocecita apenada una inocente voz.

- Pues sí, - le contestó la linterna, -cuando un niño enciende una luz, ella se desvela, y tarda en coger el sueño, se destapa en la camita y luego va y... coge frío, se resfría y... el sol que quiere mucho a la luna al verla así, tan ojerosa y cabizabaja, pasa un día entero muy muy triste porque no entiende porqué hay niños que solo se preocupan de ellos mismos y no les importa que su amada la noche... se ponga mala.

Y esa es la historia,- dijo la madre concluyendo su relato. Ese es el motivo por el que algunos días, esos, en que la noche no ha podido descansar sus horas reglamentarias, las personas se levantan tristes, perezosas o malhumoradas, la noche no ha podido descansar bien y eso... se refleja en nuestra caras.

Así que ahora, -prosiguió la madre,- vamos a ver qué podemos hacer para que la noche hoy descanse ¿a ti se te ocurre algo?,

La niña bajó un poco su cabeza avergonzada y contestó:

- no, bueeenooo, hummm, no sé, no se me ocurre, deja que piense, tal vez mañana se me ocurra algo, - dijo la niña tratando de evadirse de la pregunta.

- Vale, -dijo la madre que tenía plena confianza en el corazón de su hija, - ya lo pensamos para mañana. Buenas noches mi cielo.

- Buenas noche mami, hasta mañana.

Solo la noche pudo ver que en una pequeña habitación a oscuras una manita, se coló por debajo de su almohada, se oyó un click, y una vocecita infantil dijo en un susurro: - perdona noche ya te dejo dormir, siento haber sido tan desconsiderada. Buenas noches hermanita, descansa.

Y todos empezaron a dormir desde esa misma noche, por fin, con la luz apagada...


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Para todos los niños que le tienen miedo a la oscuridad, que aún no saben que una noche es tan importante como una mañana.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

El secreto de la felicidad

Una vez una buena amiga me preguntó:

¿cómo puedes vivir con esa alegría sabiendo que ellos no te quieren? te lo han dicho tan abiertamente que hasta debería hacerte daño escucharlo,
a mi, me lo haría.


Recuerdo que yo me la quedé mirando un momento,
siempre necesito esos segundos de más,
para saber si quien me lo dice es buena amiga ,
convencida de ello acto seguido le contesté:

Ay, es tan necesario tener fé en esta vida...

Ella, volvió a preguntarme:

ah, entonces es solo porque ¿crees que algún día te llegarán a querer?

Yo le contesté muy firme:

No, es tan solo que vivo...
como si siempre me hubieran querido.

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El secreto de la felicidad no está en ser felices con mucho
sino en sentirse felices con bien poco.





www.Tu.tv

viernes, 29 de agosto de 2008

domingo, 17 de agosto de 2008

¡¡Cómprate una cometa!!



Dialogo entre dos:

- ¿Te gusta cómo estás llevando tu vida?

- Realmente, no.

- Pues cámbiala.

- Eso es fácil decirlo.

- Y fácil hacerlo.

- Tú siempre lo ves todo muy fácil pero hay cosas que ofrecen mucha dificultad, no son tan fáciles como piensas.

- Sí, ya lo sé, las más importantes de una vida son las más difíciles, así se distingue cuáles son las más importantes.

- ¿Y cómo se consiguen fuerzas para cambiarlas?

- Preguntándote ¿qué deseas cambiar?

- Yo solo quiero ser feliz y no lo consigo, no encuentro un referente, un modelo de vida.

- Ah, entonces ¡cómprate una cometa!!.

- ¿Qué??? ¿qué me compre una cometa? pero ¿te has vuelto loco?

- No, no me he vuelto loco si quieres un modelo a seguir cómprate una cometa.

- ¿Y para qué quiero yo una cometa?.

- Verás, es sencillo, cuando la tengas vete al campo corre a favor del viento hasta que vuele, así entenderás que has de esforzarte para conseguir algo, que has de utilizar las ventajas que te ofrece la vida (tu trabajo, tu personalidad, tus virtudes, tus fortalezas) para impulsar tus ilusiones.

Cuando tu cometa ya esté volando atiende las ráfagas de viento y aprovéchalas para que prosiga volando, así entenderás que una vez has conseguido alzar el vuelo para mantenerte solo has de estar atento a a las ocasiones que te brinda la vida, un reencuentro, una mirada, una mano tendida, una sonrisa a tiempo, una casualidad, una palabra precisa, un música especial, un simple ánimo te ayudarán a valorar las oportunidades.

Cuando el viento cese observa como la cometa cae precipitadamente hasta el suelo, con velocidad, sin previo aviso, nadie puede detener su caída, pues no es momento de ello, así entenderás que es inevitable caer a veces, es inevitable no mantenerse arriba, pues hasta la propia naturaleza, que es tan sabia, hace descansar al viento.

Mientras estés caído recuerda que siempre habrá una mano que se tenderá hacia ti con ilusión y cuyo único objetivo es que vuelvas a volar para poder seguir sonriendo viendo como te elevas de nuevo. ¿acaso nunca has visto como un niño tras la caida de una cometa corre hacia ella con la intención de volver a intentarlo? No ve en esa caida una derrota sino un nuevo desafío.

¡Cómprate una cometa, deja de decir que no puedes y suelta tu vida!!!

¿aún no lo entiendes? no es a favor sino en contra del viento cuando una cometa realmente vuela muy alto.


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sábado, 9 de agosto de 2008

Hablar en colores



Hablar en colores

Me gustaría utilizar colores para decir lo que quiero, me gustaría señalar una nube para decir hoy tengo ganas de evadirme de la realidad, dibujar un sol en grandes trazos para recuperar aliento de color de esperanza en el amor, pintar una luna para contar mis sueños.

Me gustaría tomar los pinceles de colores más extraños para describir el impacto en el corazón de una traición, la duda aterciopelada de un sentimiento, la confusión de un problema, pondría en color intenso los esfuerzos y las superaciones, igualándolas, así nunca sabría si aún me hallo en el intento o si ya lo superé, siempre seguiría creciendo en mi afán por conseguirlo. Pondría de colores difuminados las penas, las tristezas, mantendría junto a mi un bote de pintura blanca y a cada momento de alegría pintaría con blanco, diluyendo ese dolor hasta confundirlo con el fondo de mi alma.

Sacaría los tonos más llamativos para imprimir en mi corazón a mi familia, a mis amigos, cada color llevaría su propia luz, su propia tonalidad de sinceridad y en el momento en que viera que algún tono se apagaba solo tendría que ver hacia qué tono viraba, si fuera hacia el negro huiría sin detenerme a dejar ni una palabra, ni una sonrisa, si fuera hacia el blanco, analizaría cuál es el motivo de su baja intensidad y con sencillez comprendería el cambio, lo aceptaría en mi paisaje como un nuevo tono natural que se suavizó de esperanza.

Me gustaría utilizar los colores para decir lo que no quiero. Todo aquello que no quiero lo pintaría en gris, las guerras, las catástrofes, las injusticias, rodearía con un halo de bello color a todas las víctimas de una barbarie, de un maltrato, de una locura, a todos los que sufren en su piel o en la piel de sus seres queridos, para que ningún nuevo gris de tristeza, desamparo o soledad, pudiera alcanzarlos, señalaría de forma evidente, con trazo grueso, los egoismos, las mentiras, las envidias, las calumnias, los rumores que tratan de hacer daño, subrayaría con color oscuro las malas intenciones, las roturas de bondad, de confianza, las grietas de buena intención, de sana voluntad, de nobles pensamientos. Nadie podría esconder su malicia con la hipocresía, ésta quedaría señalada en un fuerte y ácido color que corroería solo la zona enferma, que quedaría destacada, comprimida, aislada.

Me gustaría poder utilizar los colores más bellos para guardar con ellos mis recuerdos, para bosquejar mis sentimientos más profundos, mis anhelos, me gustaría poder hablar en colores y así no confundirme nunca al expresar mis deseos, al destapar mis realidades, al hablar, al escribir, al utilizar las palabras...

Pero lo que más me gustaría, en mi paleta imposible de sueños pintados, lo que más me gustaría sería... poder siluetearte con tinta amarilla de cercanía, de sonrisas, de confianza, de magia, de sueños, de alegría, de cariño, de esperanza, para decirte... que, aunque no sea capaz de comprender el color que pintas en mi vida, aunque el camino hacia el amor ambos lo hemos dividido, yo lo único que sé es que siempre que mi alma se goza en colores divertidos por algo bueno, siempre que mi corazón se duele con tinta gris por algo triste, siempre me acuerdo de ti, porque me haces falta.

Mientras consigo tonos... levanto la cabeza, no le tengo miedo a nada, sólo levanto mi cabeza... y escribo con el alma.


Rainbows of colours - The Sunday Drivers

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martes, 24 de junio de 2008

Zumo de Sol




Un buen día alguien llamó a mi puerta:

- Buenas tarde venimos a traerle un regalo.

- ¿un regalo?, para mí, yo no he pedido nada.

- No sabemos, nos han dicho que le entreguemos esta caja y nada más podemos decir, ¿nos firma aquí, por favor?

- sí, sí, claro, posenlo allí, parece grande, ni idea de qué sera, !muchas gracias!... adios.

Me quedé mirando una enorme caja bien envuelta, con cuidados detalles, en su exterior algo ponía, me aproximé, miré fijamente... precaución, ¡es frágil!, leí con atención, tendré cuidado al desenvolverlo pensé.

Abría la caja con mucho cuidado, en su interior, miles de estrellas se agolpaban tratando de no sobresalir en luz, a cada cual más bella, cada una de ellas con encanto, con magia ¡volaba! y se posaba confiada en mi mano, me hacía cosquillas sin pretenderlo!!, qué bellas estrellas pensé, ¿serán todas para mi?, escondida, medio adormilada, descubrí una Luna amarilla que reposaba tranquila, ¡qué bella luna! me estaba diciendo cuando de repente unos rayos dorados que emitían calor saltaron en mis ojos, me iluminaron la cara... no puede ser exclamé... ¿también hay un Sol? ¿también es para mi?, no puede ser, me repetía con asombro.


La sorpresa era demasiado grande, asustada cerré la caja, me senté sobre ella, no puede ser me repetía, esto tan grande, con tanta belleza, no puede ser para mi, se habrán equivocado, voy a mirar el remite, seguro que no es para mi... alguien debe de estar esperando este regalo y lo han entregado en casa equivocada, seguro. Me agaché, busqué y busqué, un nombre, una dirección, pero nada hallé, no había remite, ninguna seña de identidad de a quién iba destinado ese magnífico regalo.


Después de un tiempo, un buen día se acercaron a mi puerta:

- Buenas tardes, somos los de las mudanzas, venimos a por la caja grande que un día le dejamos, fue una equivocación, nos avisaron de pasar a retirarla.

- Pero... no pueden llevársela, ¡no!, - grité yo, - lleva mucho tiempo conmigo, no pueden...

- A nosotros no nos diga nada, lo sentimos, cumplimos órdenes, nos han dicho, esa caja no puede tenerla esa persona por más tiempo, por eso vinimos, ¿donde está la caja?

- Ahora que recuerdo... ya no la tengo, dije con voz templada, me cansé de ella y se la entregué a unos desconocidos que pasaban por la calle.

- Pero... nos mete en un compromiso, nos han encargado llevársela a su dueño... - dijo uno de los transportistas.

- Pues yo ya no la tengo, puedo intentar recordar como eran esos desconocidos pero no sé ningún dato de ellos, la cosa se pinta dificil, - añadí como con indiferencia.

Uno de los hombres me escudriñó los ojos, sostuve su mirada, con seriedad, con preocupación por su problema.

- Y... ¿esos cartones que asoman por esa puerta?, - me preguntó entonces con voz incisiva.

- Ah, eso, - dije mirando hacia donde señalaba, - tiene razón, es parte de la caja, es que yo en realidad... entregué su contenido, la caja la rompí era muy fea, expliqué al hombre tratando de convencerle.

- Vámonos oí que el hombre le dijo entonces al otro.

- Pero... nos la vamos a cargar con el jefe, - protestó el otro.

- Vámonos, aquí no hay nada que hacer, - respondió de nuevo escuetamente el primero.


Se alejaron, al cerrar la puerta, mi sonrisa, inocente y espontanea brotó... corrí a mi dormitorio, al llegar las estrellas había formado corro junto a mi cama, la Luna cantaba una hermosa canción sobre dos enamorados que se declaraban amor bajo su candorosa mirada y el Sol... brillaba sobre mi cama.


De repente volvieron a llamar a la puerta, mi sonrisa se congeló, abrí la puerta, era el hombre de mirada profunda, fijando sus manos en la puerta para que no pudiera cerrarla me habló así:

- No me he creido para nada que hayas regalado esa caja pero, tranquila, no vengo a llevármela, me asalta una curiosidad y solo quiero satisfacerla.

- ¿Cúal? - dije yo totalmente entregada al verme descubierta.

- ¿Qué contiene esa caja? - me preguntó con curiosidad.


Yo sonreí. Tomándole de la mano entramos en mi casa, le acerqué a la habitación y le dije:

- Mírelo usted mismo pues está todo sobre mi cama.


El hombre entró, yo me quedé fuera esperando en el salón su comentario, su reacción, pero nada oí. Al salir, el hombre me miraba sorprendido y me dijo:

- ¿Y por eso que hay encima de su cama, tanto revuelo para que vengamos a recogerlo?, no entiendo, ¡algunas personas están locas!, - dijo cerrando la conversación y saliendo por la puerta confuso y malhumorado, - yo creía que era algo especial... vaya pérdida de tiempo y esfuerzo, - se oyó por las escaleras mientras descendía.


Me quedé perpleja con tales palabras, acudí a mi habitación rápidamente, al entrar no lograba comprender, sobre mi cama había unos grandes racimos de uvas, un plátano y una naranja. Cogí todo en mis manos como pude, no acertaba a saber qué había sucedido cuando de repente la naranja me hablo:


-Ya se ha ido?

- Sí, - balbuceé aún sin explicarme nada.

- Buf, menos mal, casi nos pillan, ¿verdad? - me dijo con su voz granulada y sus ojitos de gajos chispeantes, - eh, ¡¡Luna!!, ¡¡estrellas!!, ya podeis salir de dentro de la fruta, ¡no hay peligro!!, - gritó convencida la naranja.


Y el platano se convirtió en Luna, las uvas en estrellas y el Sol... el Sol surgió de una simple naranja.


Y justo en ese momento... desperté, me levanté, subí la persiana... llueve me dije con tristeza, me fui a la nevera, la abrí y... sonreí... creo que hoy voy a prepararme ¡un buen zumo de naranja! me dije mientras sacaba una redonda naranja que me miraba con su granulosa mirada.


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Unas veces podemos alimentarnos con zumos de frutas y otras veces podemos simplemente alimentarnos con zumos de sueños. Ambos, no lo dudéis, son energía para el cuerpo y luz para el alma.

viernes, 13 de junio de 2008

Pérdida insustituible



Everybody hurts - R.E.M.


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Mira más adentro, tiene que estar ahí...

- Pues yo no lo veo... no sé, ¿tú estás seguro de qué lo tienes ahí?

- Qué cosas tienes, ¿cómo no voy a estar seguro? ahí ha estado siempre, es dificil no tenerlo y estar aquí así tan tranquilo por el mundo ¿no te parece?.

- Es verdad, tienes razón, sería locura, pero la verdad es que yo no lo veo, por más que trato de mirar a ver si lo encuentro, pues nada, que no lo veo por ninguna parte, solo veo el hueco... mira, voy a dejarlo porque a lo mejor te sientes incómodo porque te lo diga de forma tan directa, ¿no?.

- Mujer, más que incómodo me siento triste, yo sé que lo tengo, que tú no lo veas pues me entristece más.

- A lo mejor se te desplazó hacia abajo...

- Pero ¿a dónde va a ir?, no seas loca, ¡eso no se mueve de su sitio así como así!

-Bueno... no te enfades, a veces yo creo que sí que se desplaza, ejem, sobre todo hacia las partes más bajas...

- No empecemos que sé por dónde vas, te digo que está en su sitio y está muy bien, es hermoso, grande, admirable y muy bien formado, está completo.

- Si tú lo dices, yo es que por más que miro sigo sin ver esa parte...

- Tiene que estar ahí será simplemente que no has mirado bien, claro, lo habrás hecho de forma rápida, una vistazo por encima, te quedas con que no lo ves y... hale ¡a decir que no lo tengo!, pero te equivocas, yo sé que te equivocas, lo tengo, lo luzco, estoy muy orgulloso de él. No le demos más vueltas, no hay que buscarle tres pies al gato, está y punto.

- Bueno, si lo dices tan convencido, no sé... pues por algo lo dirás, vamos pienso yo, pero que conste que si yo no lo veo es dificil que lo vea alguien más, no sé, yo que te conozco un poquito no te lo encuentro así que otras personas lo verán aún menos... bueno, es solo mi opinión si me la aceptas, claro.

- Pero ¿qué dices? no solo lo tengo sino que además es muy grande, vamos tan enorme que todos al verlo me dicen que es especial y me lo cuidan, todos menos tú, que debe ser que no me lo cuidas porque no lo ves.

- Sí, tienes razón, no le demos más vueltas que como bien dices no hay que buscarle tres pies al gato, debes de tenerlo y es solo que yo no me he fijado bien y por eso aún no sé cómo cuidarlo.

Ella le ayudó a vestirse. De repente se paró frente a él y le dijo:
- Mira, no valgo para mentirte, si no te lo digo es que reviento, yo creo que deberías ir al médico...

- Pero... - dijo él aturdido, - ¿de verdad crees que no lo tengo?

- Ese boquete tan enorme en la zona del pecho me inquieta, no me gusta nada de nada... has de averiguar si realmente lo tienes o en algún momento de tu vida, no sé, tal vez sin darte cuenta pues lo perdiste, te lo arrancaron o simplemente escapó atemorizado por algo. Siendo una persona tan sensata, me preocupa de veras que no te des ni cuenta que te falta o que te han arrebatado...

el pedacito más noble de tu corazón.

jueves, 5 de junio de 2008

Sueños de niñez




Elevé mis manos hacie el cielo, recogí con mis manos una nube y con ella me sequé los ojos, estaba triste. Luego, porque tenía frío, alcancé con los dedos la punta de un manto de hermosas estrellas y me tapé con él mis hombros dándome calor. Recogí caída del suelo una flor y la prendí en mi pelo.

Alcancé detrás de una nube dos rayos y con ellos me puse a tejer un jersey de hierbas verdes y frescas, le gustará, pensé. Mientras tejía me llegaba un aroma de añoranzas muy similar a cuando era muy chiquitina y en aquel campo, el de mi abuelo, jugaba a ser una de esas flores que al soplarla se revienta en mil pedazos y se extiende y hace cosquillas y alborota la nariz y luego se reposa, suave y sumisa, sobre una mano.

Cuando terminé de tejer aquel jersey, tomé con mis manos ramas y hojas de los árboles más cercanos y lo envolví atando a su alrededor un lazo hecho con jirones de corteza de uno de aquellos magníficos troncos. Iba a ser un regalo. Lo posé a mis pies y me senté sobre un manto de mariposas que enlazadas viajaban a posarse en el pétalo de un inmensa rosa. Volé un ratito con ellas, acarciando sus sedosos colores mientras me contaron que allá, en el país de las ilusiones, un duende estaba haciendo una colección enorme con alas de muchos colores y ya quedaban muy poquitas que hubieran escapado de su intención.

Me enfadé, no era justo que alguien les privara de tal belleza. Cogí un trebol, uno grande de cuatro hojas, de los que traen suerte y en cada hoja puse una ley que protegía las alas de las mariposas para siempre, añadiendo que si el duende no las cumplía yo iría personalmente a coserle las manos con hilos fuertes y tensos de lluvia enojada, impidiéndole por toda la eternidad que hiciera más daño a tan bellas criaturas.

Cuando las mariposas, muy agradecidas, me dejaron posada en una barca y se llevaron aquel trebol, yo remé un ratito y cuando me cansé, me asomé al espejo de aguas y tomé en mis manos un pedacito de mar, lo amasé para que tomara forma de bufanda y me la puse, acerqué mi tela de aguas al rostro, me acariciaron suaves las olas, toqué con mi lengua la punta de un hilo azul ondulado que se deshilaba, sonreí, sabía salado!.

Luego acerqué la barca a una orilla hasta que encalló en una playa. Entonces, exhausta por mi paseo, me recoste sobre unas rocas de plata y recogiendo arena fina y blanca me moldeé unos zapatos, para que mis pies con los agudos cantos no se lastimaran. Luego en mi soledad ví como empezaban a caer gotas de agua del cielo y para disimularlas me puse a soltar lágrimas; al ver caer tanto agua el sol se puso furioso y le dió un empujón a esa nube negra que creía que estaba tan enfadada. Entonces alargué mi mano y tomé un arcoiris a modo de paraguas y sobre él cayeron las últimas gotas de lluvia...y al cerrarlo, será locura, pero creí ver mezcladas en sus bandas de colores algunas de mis lágrimas.

Me levanté y le suspiré al sol para que brillara, y él generoso se hinchó como un globo, tanto que explotó en rayos dorados, algunos cayeron sobre mi corazón, otros adornaron como anillos mis dedos, unos cuentos brillaron como chispas en el agua y algunos directamente incidieron sobre la arena de la playa.

Enrredada en mis pensamientos se me hizo tarde. Entonces me pusé a mirar al cielo y con ojillos traviesos tuve una idea: colgarme de la luna! pensé que quizá ella, entendiendo mi soledad tal vez me acompañara, balanceándome un ratito. Qué bien!, me dije, está creciente... pero al querer sujetarme por los extremos, lo hice con tanta fuerza que sin querer, rompí sus dos puntas y me asusté y caí al suelo y horrorizada huí de allí sin mirar hacia arriba, pues mientras caminaba creía percibir sollozos, alguien que desde el cielo lloraba.

Regresé a mi casa y sin decir nada a mi madre me metí en mi cama de espumas blancas a esperar el mañana. Nació el sol y me saludó entrando por la ventana, como si fuera otro buen día. Yo estaba nerviosa, quería ver a la luna, pero me daba miedo pensar que ya no fuera tan bella, que le faltaran aquellas dos puntas que se habían quedado clavadas en mi piel. Escondí mis manos para que nadie las viera y estuve todo el día deambulando de aquí para allá. Esperé y esperé y finalmente, llegando la noche, una estrella, la más brillante, me anunció con su esplendora luz que la luna ya llegaba. Y allí la ví...

Y suspiré y me arrodillé a dar las gracias, era tan grande, tan generosa, tan bien formada... pues aquella luna para que nadie supiera de mi travesura de la noche anterior se había hecho redonda y ninguna punta rota le sobresalía, ninguna torpeza delataba.

Entonces estando muy contenta, le dí un tirón a una esquinita de cielo y enseguida aparecieron el resto de las estrellas que sonrientes cayeron a mis manos, me saludaron felices y todos juntos volamos y volamos! y nos acercamos hasta la luna y todos estaban tan contentos con mi compañía que tocamos en el firmamento la letra de una canción, que aquellas estrellas habían compuesto para mi.


Feliz, regresé a mi casa.

¿Qué has hecho hoy, mi vida? me dijo mi madre, hay que ver como traes las manos de sucias!!, vete a lavarte inmediatamente antes de comer, ay, ay, ¿qué habrás estado haciendo con las manos?? suspiraba mi madre al ver que la alegría me inundaba.

Construí un sueño, mami!, jugué con la luna y las estrellas, viajé con las mariposas... y luego cuando llovió un arcoiris fue mi paraguas... ¡¡lo pasé fenomenal!!!.

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No dejeis jamás de creer en vuestro pequeño sueño, como trata de deciros este cuento, si está en vuestro corazón... en vuestras manos estará hacerlo realidad.

viernes, 16 de mayo de 2008

Un regalo práctico en el Día de Internet

Coincidienco con el Día de Internet para quien quiera probar los productos de Panda Security o no tenga aún antivirus en su PC...

Aquí tenéis un enlace con antivirus gratis durante tres meses, muchos consejos para protegerse contra los virus y un analizador online que os permitirá desinfectaros si tenéis algún virus... y todo ello sin pagar un euro!!

http://www.pandasecurity.com/spain/promotions/diadeinternet/

Un abrazo a todos los que leáis este post.
Cristina

miércoles, 7 de mayo de 2008

Pensamiento niño



Cuando ames a alguien (unplugged) - Bryan Adams

Haz clic en el botón "Play" para escuchar la música



HIJO: mamá, mamá, préstame una de tus sonrisas, por favor...

MADRE: hijo, las sonrisas no se prestan, se regalan.

HIJO: mamá, mamá, alquílame un beso, por favor...

MADRE: pero hijo, ¿cómo voy a alquilarte un beso?, los besos se dan, se entregan, no se cobran, ¡qué locura!

HIJO: oye mamá, ¿me vendes una carcajada tuya? ¿cuántas monedas me puede costar?

MADRE: vamos a ver mi angelito, todas los gestos, los detalles de cariño o las expresiones de un cara no se pueden prestar, ni alquilar, ni vender, ni comprar, son propias de cada persona, se ofrecen con dulzura, con desprendimiento, de forma generosa, sin esperar nada a cambio, ¿lo comprendes ahora cariño?.

HIJO: ah, buf, bueno, qué alivio, pues entonces:
¿me regalas por favor todas tus lágrimas? es que no me gusta verte llorando...






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miércoles, 30 de abril de 2008

Regalo directo al corazón

Deseo dejaros un regalo.
Hace ya poco más de un año llegó a mi correo una de esas cosas que llegan como llegan todas las cosas buenas de esta vida, las que nos hacen crecer, sin saber porqué, de manera casual y, sorprendentemente, en fecha señalada.

Si alguna vez quise expresar con palabras cercanas, con música bonita y con imágenes expresivas mi manera de ver este mundo, mi propia filosofía, este video se ha convertido para mi en ese estandarte. en mi mejor forma de expresar sentimientos, de dar a conocer mi pensamiento sin sentirme desprotegida y desde entonces a cada poco, a mis amigos, los cercanos y los lejanos, a toda esa buena gente que me voy encontrando por el camino o que pienso que necesitan entender algo diferente en sus vidas les envío este enlace manteniendo una secreta esperanza: que al ver el video abran los ojos tanto como yo, sientan por dentro tanto como yo y entiendan, al igual que en su día hice yo, que todo es muy relativo y sencillo en esta vida, que todos estamos hechos de una misma pasta de sentimientos, que a todos nos duelen, nos emocionan y nos superan las mismas cosas. Las mismas cosas.

Con todo mi cariño para todos vosotros, mis buenos amigos lectores y blogueros, algunos desde hace años, otros muy muy recientes, que, en fecha señalada, en momento especial de vuestras vidas o porque simplemente ya va siendo hora de pensar de manera diferente, os topéis con este post/regalo y sin saber bien porqué, os déis cuenta, como me pasó a mi, que la única huella imborrable que le dejaremos a las personas que queremos o a las que nos vamos encontrando en nuestra vida, es nuestro corazón.

No dejéis de verlo, es de veras que esto es una inyección de positividad e ilusión directa al corazón.
Compartidlo con vuestra gente porque merece la pena.

Nota: Creo que hay problemas para verlo desde el enlace original. Os dejo esta página en la que se ve correctamente. Gracias por advertirme Ñoco ;-)

http://laguarida.forosonline.es/foro/viewtopic.php?p=94

Y aquí os lo pongo como video de YouTube. Que lo disfrutéis.

martes, 22 de abril de 2008

Los colores de una vida



Estas sempre em mim... - Tony Carreira

Haz clic en el botón "Play" para escuchar la música



-¿Qué haces?
-Estoy pintando un dibujo.
- Y ¿qué pintas?, si puede saberse, claro, yo solo veo muchos colores muy mezclados, no acierto a adivinar qué puede ser.
- Pinto tu cara, no te muevas mucho que pierdo los rasgos.
- ¿¿Mi cara???, ¿¿mi cara son todos esos colores mezclados, tan confusos?? ¿¿rasgos? ¿¿qué rasgos??? ¡ahí solo hay manchas!. Arg, qué insufrible eres niña, es que nunca puedes hacer algo normal, ni siquiera dibujando, encima otra vez dibujándome ¡¡a mi!!, ¡qué pesada! en fin, anda píntame o garabatéame o lo que sea pero que sea rapidito, ¿vale? que no tengo mucho tiempo para bobadas - dijo el niño, mientras miraba distraido hacia otro lado entreteniéndose con uns libros que había encima de una mesa y sin hacer mucho caso a lo que la niña pintaba.

Tras unos minutos más, de repente la niña exclamó:

- ¡Terminé!, ¡ya está!, ¡he terminado! - gritaba la niña toda entusiasmada.
- ¿Terminaste?, ¡qué bien! ¡¡menos mal!, -dijo el niño dejando de leer esos libros, seguro que la manchas esas de colorines que dices forman mi cara te habrán quedado estupendas, já ¿me dejas verlo?
- Humm, no sé, no sé, es que a lo mejor no entiendes porqué lo he terminado de esta manera...
- Pues ¿¿qué has pintado??
- Ya te lo dije, ¡he pintado tu cara!!
- ¿¿Cómo no voy a entender mi cara???, aunque sea a manchas de color digo yo que algo veré, ¿¿no?? anda y déjame verlo.
- Bueno, si tú lo dices.

La niña entonces desdoblando el papel que había protegido con sus manitas, le tendió con cierto recelo su dibujo pintado.

El niño se quedó boquiabierto, en vez de un rostro, o unas manchas de colores difusas que simularan una cara, en vez de una nariz, una boca, unos ojos o unas orejas, aunque fueran mal pintadas, todo el papel estaba pintado por completo de un color azul, ya no había tinta de colores, todo era azul.

- Pero, pero ¿qué es esto?, ¡¡este papel está pintado entero de azul!!
- ¡¡Sí!!, ¿¿te gusta???, ¿¿a que me ha quedado bonito??

- ¿Me estás tomando el pelo???, pero si yo solo veo todo pintado de azul.
- Solo azul, claro, ¿¿es que no ves que es tu cara??? ¿¿no ves que he pintado tu rostro.

- Buf, me estás asustando niña, estás más loca de lo que yo pensaba, aquí solo hay un papel pintado entero de azul - dijo el niño tirándole el papel a los pies a su amiga con desprecio y luego mirándola con ojos penetrantes de enfado, sin decir más, se alejó de allí.
La niña recogió aquella hoja muy apenada y muy muy callada, sujetando aquel papel en sus manitas, su rostro se cubrió de tristeza, se sentó junto a la ventana y bajó la cabeza.

Un hada que daba un paseo cerca de aquella casa se acercó hasta aquella ventana y le dijo a niña:
- ¿por qué estás triste? ¿qué sucede?
La niña explicó:
- Yo solo quería pintar a mi amigüito, pero él se ha enfadado al ver mi dibujo, creo que no le gusta como pinto, buah, snif, snif - lloraba la niña al tiempo que le tendía al hada aquel papel pintado por completo de azul, para que ella valorara su dibujito.

El hada, con gran dulzura, sabiendo que los niños siempre tienen una forma muy especial de expresar su sentir, le dijo a la niña:
- ¿¿me explicas tu dibujo??

La niña levantó un poco la cabeza y viendo que el hada le miraba con ternura, se sintió más confiada y acomodándose más en la ventana, apoyada en la repisa empezó a explicar de esta manera a aquella hada:

- Pues verás, esto que he pintado aquí son la orejas, las he pintado de marrón, porque a veces yo creo que debe de tener los oídos muy sucios, porque no me escucha lo que digo, es como si no me oyera, pasa de mi, ni me hace caso. Y esto de aquí es la nariz, - dijo la niña señalando otra zona de ese papel pintado solo de azul, - la he pintado de rojo, porque a veces tiene mucho constipado y se pone con fiebre muy malito y de tanto tocársela se le queda toda coloradota y está gracioso. Y luego le he puesto esta zona blanca, esta que ves aquí - prosiguió la niña- porque no le gusta que le cuide y me riñe y yo lo paso mal y porque solo protesta y protesta y me dice que me aleje y nada de lo que hago le anima, me quedo en blanco, no sé qué hacer. Y esta que ves aquí es la boca - siguió señalando la niña sin detenerse - la he pintado de verde porque algunas veces dice muchas pero muchas palabrotas y mi mamá dice que las palabrotas son como sapos que salen desde debajo de la lengua, que te ponen la cara fea cuando los demás te ven. Y los sapos son verdes, que yo lo sé. Y estos de aquí, los de aquí arriba, son sus ojos, son tan negros que los he pintado muy muy oscuros para que se diferencien del marrón de las orejas, claro, y también para que destaquen del resto de los colores; sus ojos son importantes por que cuando se enfada me da un poquito de miedo, todo se pone muy oscuro, es que sus ojos son tan oscuros como el silencio y por eso los he pintado así, - terminó la niña gratamente complacida por la explicación que estaba dando al hada.

El hada, entonces, con la voz muy templada, le preguntó a la niña:
- y dime, ¿¿porqué después de pintar con tanto color la cara de ese niño, en este papel todo se ve azul???

La niña, con mucha naturalidad miró su dibujo nuevamente y y le contestó al hada:
- Ah, bueno, es normal que lo haya finalizado así; es que verás, cuando me doy cuenta de que no me escucha, o cuando no quiere que le cuide, o cuando dice muchas palabrotas o me mira con ojos muy oscuros y enfadados, pues me pongo tan triste, tan triste, que solo me apetece llorar. Y como tengo los ojos azules y mi mamá dice que las lágrimas son del color de una mirada, pues al final he tenido que pintarlo todo azul, porque en esos momentos es que lloro mucho. Por eso está todo de azul; yo he dibujado su cara. pero la he dibujado tal como yo la veo cuando me hace sentir mal.
El niño, que se había quedado detrás de la puerta de la habitación un poco enfadado pero invadido por la curiosidad, al escuchar que su amiga estaba hablando con alguien, se sintió muy mal por lo que le escuchó y saliendo de su escondite sin pensarlo dos veces le dijo a su amiga, de manera espontánea:- jóo, lo siento, a partir de ahora te escucharé más, te dejaré que me atiendas cuando estoy enfermo, no diré tantas palabrotas y procuraré no enfadarme, ¿vale?

La niña con los ojitos brillantes por la emoción que le provocaba lo que su amigo le decía le contestó a su vez:
- ¡¡qué bien!, ¡¡qué bien!! ¡gracias!,- y luego añadió - también de forma inocente - y yo te prometo no ponerme tan pesada con esto de pintarte muchas veces, pintaré otras cosas, los árboles, los pájaros, las nubes, haré otros dibujos y así ya no te daré tanto la lata ¿vale?

- ¡Vale!
- ¡Vale!- dijeron ambos niños casi a un tiempo estrechando sus manos en señal de concordia.Mientras el hada ya se marchaba, contenta por haber visto aquella escena de afecto tan bonita entre dos personitas, escuchó a lo lejos que aquel niño le decía a su amiga:
- ¡¡oye peque, ¡¡ven!! ¡¡mira!! ¡¡ahora el dibu está mucho más bonito!!, estaba tapando con el amarillo de mi sonrisa tu azul de las lágrimas y de repente, no sé qué ha pasado pero se ha quedado todo...
¡verde!!!

Es verde esperanza, les explicó el hada mientras abría sus alas y se marchaba volando.


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¡Qué bonito es mezclar colores para poner más bonito el mundo!

martes, 15 de abril de 2008

Copito de Nieve, siempre



Acuarela - Toquinho

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Si nieva mucho en invierno
y los campos se cubren de blanco
es que está el pastor tocando
y su cuerpo está tiritando.

La nieve blanca y menuda
que nosotros vemos caer
a las fuentes y ríos chiquitos
enseguida los hace crecer.

+++++++


Para Jose de Blas


lunes, 31 de marzo de 2008

Naturaleza azul



The Scientist - Aimee Mann

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Había una vez un pájaro azul, era tan bello y tan grande ese pájaro que era la envidia de todos cuantos lo veían.¡Mirad el pájaro azul!, ¡mirad el pájaro azul!, decían los niños al verlo sobrevolando por encima de sus cabezas.Aquel pájaro estaba tan convencido de lo que era que no admitía que nadie menospreciara ni de una sola de sus plumas. Un buen día mientras volaba hubo un gran viento y aquel pájaro fue a caer en un enorme charco de barro por lo que sus alitas, su pico y todo su bello plumaje quedó totalmente deslucido con un feo color marrón.

El pájaro se sintió muy triste, pues no comprendía porqué en un segundo todo podía haber cambiado de aquella manera y donde antes había un pájaro bello ahora todo era lodo y barro.

Entristecido se acercó a un pequeño charco de agua reposada que había cercano a una fuente y al ver su reflejo comenzó a exclamar: ¡¡pero qué feo pájaro soy!!, ¡¡ya no soy bonito!!, ¡¡ya no soy un pájaro de bellas plumas!!, ¡qué desgracia!, ¡qué inorpotuno ese viento! ya nadie me querrá igual que antes.

Pero una niña que estaba sentada junto a la fuente al escuchar la voz de un pájaro triste que se estaba lamentando le preguntó con tono infantil:
- ¿porqué lloras?

El pájaro miró a la niña que le había preguntado.
- ¿Por qué crees tú niña tonta que puedo llorar con este aspecto?,- dijo el pájaro aún con el semblante entristecido pero manteniendo el orgullo.

La niña tan solo le dijo:
- pues no sé, yo no veo nada, la verdad es que no veo nada por lo que puedas estar tan abatido. Ven acércate y cuéntame qué te pasa.

El pájaro cabizbajo se colocó sobre el borde de piedra de aquella fuente para poder estar cerca del oido de la niña y le dijo con gran enfado:
- ¿Qué no ves nada? ¿tú eres boba? - dijo manteniendo un cierto tono de orgullo herido mientras se recorría con rabia todas sus plumas manchadas de lodo, - hay que ser muy estúpido para no ver que soy un pájaro que está hecho un trapo de horrososo, -concluyó cada vez más enojado.

- No, no veo nada, - repitió la niña convencida.- verás, veo que eres un pájaro, no careces de plumas, pues estás posado sobre el borde de esta fuente que está elevada soobre el suelo así que puedes volar, tu pico está sano y es fuerte porque me hablas mientras te recolocas las plumas y tienes un tono enérgico por lo que debes poseer suficiente carácter para no dejarte acobardar por nadie. Por tu voz diría que tienes una buena edad para haber volado lo bastante como para saber sortear peligros y reponsabilizarte de tu vuelo y ya no eres tan pequeño como para necesitar la supervisión de nadie. Te enfadas cuando te llevan la contraria así que tu estima no se ha resentido por ese percance e intuyo que tienes buen oido puesto que me has escuchado lo que he dicho desde el principio. Dispones de tiempo para ti mismo y para dedicárselo a los demás y por eso estás aquí lamentándote por algo que no sé bien qué es, porque es que de veras que yo no veo nada. No, la verdad es que no veo el motivo por el que puedas estar triste.

-¡¡ Estoy sucio!!, ¡¡muy sucio niña boba!!!, ¿¿es qué no ves que mis plumas están desastrosas?? ¡¡estoy lleno de barro!!, ¡¡me he caido en ese charco sucio!! - protestó el pájaro, perdiendo la paciencia y gritando a la niña.
- Anda, mira, - dijo la niña sin inmutarse por el enfado y con tono gracioso, - pues entonces...¡¡ tienes suerte!!, ¡¡junto a ti hay gran cantidad de agua!! así que tu gran problema tiene solución: ¡¡lávate la cara!! - exclamó la niña con tono directo e imperativo.

Entonces el pájaro se quedó pensativo con tales palabras y contrariado por aquella imposición miró de nuevo su reflejo en el agua de la fuente, tal había sido la espontaneidad de aquella niña al hablarle que entonces ya no se vio como un pájaro sucio, no vio ese pelaje marrón y oscuro que le desmerecía tanto sino que apreció la figura de un pájaro fuerte, de buen pico, de buenas alas, de buen porte, que lo mismo podía caminar que volar que detenerse a mirarse en un charco. Y ya mucho más convencido le dijo a la niña en tono más tolerante:
- ¡tienes razón!, mis plumas están marrones porque me caí a un charco pero... ¡solo fue eso!, tienes razón, ¡¡eso no tiene importancia!!!
Entonces la niña sonrió y le dijo:
- Ánimo, solo necesitas agua para estar bonito de nuevo, ¡ánimo!, un jarro de agua fría es lo único que puede cambiarte y ¡parece que te hace falta!.

Y dicho esto comenzó a salpicar agua de forma divertida y juguetona sobre el pájaro. El pájaro se quedó quieto, confiado y complacido mientras aquella niña echaba agua y más agua, más bien parecía que se estaba bañando ella con toda la cantidad de agua que lanzaba con sus pequeñas manitas. Pero al poco tiempo todo el lodo, barro y suciedad se desprendieron de su plumaje y fueron al suelo a confundirse con las piedras de la calle. El pájaro al verse limpio rápidamente se miró de nuevo en la fuente y al ver su reflejo de nuevo azul intenso se puso a saltar de alegría y alivio.

La niña, sin decir nada más, se dio media vuelta y a punto estaba de irse sin despedirse cuando el pájaro le llamó y le dijo:
- eh, niña, no te he dado las gracias, no te vayas, ¿hay algo que pueda hacer por ti? me has ayudado a volver a ser quien era, ¿hay algo que pueda hacer por ti?

La niña le miró con ternura sin decir nada pero fue extraño, el pájaro al mirarla de frente vio que en sus ojos no se reflejaba ningún brillo. Aquella pequeña a tientas, tomó su pequeño bastón que estaba posado en el suelo de la fuente de piedra, se levantó y tanteando el camino comenzó a alejarse. El pájaro se quedó tan sorprendido viendo que era ciega que no acertaba a moverse de la impresión. Pasaron unos segundos y finalmente el pájaro reaccionó y se fue volando hasta la niña:
- oye, le dijo con tono comprensivo, pero.. ¡si eres ciega!, no entiendo, cómo, cómo, pero ¿cómo has podido decirme tantas cosas de cómo soy yo... si tú no me ves?

La niña sin sorprenderse por las palabras del pájaro simplemente le dijo:
- es fácil, eres un pájaro, ¿no? tu mismo me has dicho que eres un pájaro, así que yo solo he descrito a un pájaro, ¡porque yo sé cómo es un pájaro!, me lo enseñaron en el cole, - dijo la niña con su pequeño orgullo infantil; -lo único que no podía ver, -añadió la niña con naturalidad, - era eso que te tenía tan triste, tu suciedad, y al contarmelo tú me he puesto muy contenta... porque ¡¡tenía solución!!, ¡agua!.

El pájaro comprendió la lección que aquella niña le daba y prometió no volver a enfadarse por cosas sin importancia y fijarse más en los pequeños detalles que delataban las verdadera cosas que debían preocupar.

- ¿Puedo pedirte algo? dijo entonces la niña interumpiendo el pensamiento del pájaro.
- Eh, sí, claro lo que quieras, - contestó el ave.
- Verás - dijo la niña, - yo siempre he querido tener el pelo azul, no sé si quedaré ridicula o estaré guapa, pero como no me veo pues no me importa, ¿podrías ayudarme tú a tener el pelo azul???

El pájaro sonrió ante aquella loca petición y mirándo su plumaje le dijo repitiendo frase:
- pues... ¡¡¡tienes suerte!!! ¡porque yo soy azul! - y sin más arrancándose varias de sus plumas las fue colocando en su cabecita cubriéndola sus pequeños rizos por completo. La niña, feliz, comenzó a saltar de alegría diciendo:
- ¡tengo el pelo azul!, ¡tengo el pelo azul!! - decía con estusiasmo.

El pajaro se quedó muy complacido con la reacción de la pequeña y tímidamente se asomó de nuevo al agua de la fuente. Contempló que en una de sus alas había una pequeña calva en donde la ausencia de plumas denotaba un agradecimiento...

- Curiosamente, aunque me faltan plumas, no sé porqué pero ahora me veo mucho más bello que antes, - le dijo entonces el pájaro a la niña.
- ¡¡¡Sí!!!, ¡sí!¡ sííí! yo también me veo mucho mejor con mi pelo de lindas plumas azules! - dijo la niña con natural inocencia.


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Hagamos de lo que nos ha dado la naturaleza una virtud para nosotros y un regalo para los demás.

viernes, 28 de marzo de 2008

La nube que quería sonreir


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Angel - Sarah MacLachlan

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Había una vez una nube blandita y esponjosa que quería sonreir...


- !Quiero sonreir!, - decía, - !quiero sonreir!, - repetía, - ¿quién quiere verme sonreir??, -preguntaba con algodonada voz.
- Eres una nube, - le decía con seriedad su papá Nube, - las nubes no sonríen...
- ¿qué hacen las nubes papá?- preguntó con ingenua voz.
- Pues, navegan por el cielo, surcando distintos momentos del día, recorren distancias tanto en vertical como en horizontal, en definitiva viajan y acompañan a otras nubes...
- ¿Viajan? ¿Llevan maleta?, cuando se viaja se lleva maleta, ¿verdad papi?.

- Eh, sí, claro nubecilla, sí, pero las nubes no llevan maletas, no hace falta, viajan desnudas...

- ¿Desnudas? ¿Estamos desnudas? y oye, ¿porqué no tenemos frío papi?.

- Eh, buf, verás pequeñina, las nubes no sienten ni frío ni calor, ni tienen pensamientos, ni son animalitos ni son personas ¿estamos?, - dijo el papá Nube ya un poco perdiendo su paciencia.


- Pero... si no tenemos sentimientos ¿porqué yo puedo sonreir?

- ¡Tú no puedes sonreir! dijo el papá ya poniéndose serio con su preguntona hija, ¡tú no sonríes, no puedes sonreir!.

- ¡Sí que puedo! - dijo la nubecilla muy contrariada por lo que estaba escuchando, ¡sí que puedo!, ¡yo puedo!.

- No, no puedes, - repitió el padre - y dejémonos ya de tonterías, vete con mamá nube a hacerla compañía y déjame seguir con mis trabajos, - sentenció Papá Nube.


La nubecilla triste y cabizabaja se acercó a su mamá.

- ¿Qué te pasa nubecilla? - dijo con voz candorosa su madre al detectar el semblante apagado de su hija.

- Pues que papi ¡es tonto!, ¡no cree que yo pueda sonreir!, - protestó la pequeña nube.


La madre con suma paciencia le dijo:

- verás, tu padre no es tonto, tu padre está en lo cierto, las nubes no podemos sonreir, eso solo lo hacen las personas, ni tan siquiera los animales o las plantas pueden sonreir, ese gesto sobre el propio de humanos y nosotras las nubes no somos humanas, argumento con lógica su madre para que su pequeña lo entendiera mejor.

- ¡Noooo!, - gritó la nubecilla cabezota, yo, yo, yo... ¡yo puedo sonreir! - dijo enfadada.


Y sin más se alejó de su mamá a sentarse solitaria en el cielo.


- Esta nube es demasiado niña - le dijo mamá nube a papá nube, - no sé qué vamos a hacer con ella, dice unas cosas....

- Déjala, ya se dará cuenta de sus limitaciones, es demasiado tozuda, ya aprenderá ella sola, -concluyó el padre.


El Sol que había estado pendiente de toda la conversación se acercó a la nubecilla y le dijo:

- ¿tú de verdad crees que puedes sonreir?

- Sí, sí, - dijo la nube recuperando ánimo, ¡¡claro que puedo!!!

- Y ¿porqué no sonríes? - preguntó el Sol con didáctica intención para que la pequeña viera su limitación.

- Es que yo... es solo que... solo que... - dijo con voz cada más entristecida...

- ¿Solo que qué? - le preguntó el Sol buscando que se enfrentara a la verdad.

- Pues... que yo... ¡no se hacerlo!, aún soy pequeña y bueno, yo aún no sé sonreir ¡porque no sé cómo se hace!, - dijo la nube apenada.


El Sol se quedó prendado de tan inocentes palabras, de la confianza que tenía esa nube en conseguir algo que ni sabía cómo se hacía ni que no se podía hacer. Entonces apartándose de la nube, se quedó reflexionando un momento, minutos después sin decir más llamó a un viento amigo y junto a su runfido le hizo una petición en voz muy baja. El viento asombrado le dijo al Sol:

- No te preocupes, hare lo que pueda.


Entonces se acercó a la nube y soplando en diferentes zonas con mayor y menos intensidad fue separando y disgregando sus partículas, moldeándola con intención y logrando así formar dos huecos grandes, separados y redondos en su zona superior, y una franja prologada de derecha a izquierda en la zona inferior. Cuando hubo terminado su trabajo, le dijo al Sol:

- Ya está, tal y como me habías pedido.


Entonces el Sol sintiéndose complacido por el esfuerzo realizado por su amigo viento se coloco por detras de aquella nube y lució con brillo. Por entre los ojos y la boca formados en aquella pequeña nube una luz de sonrisa iluminó su algodonado rostro.


- ¡¡Mira papi!!, ¡¡mira papi!!, - se oyó a una niña decir desde la Tierra... -¡¡una nube en el cielo me está sonriendo!!!. ¡¡mira, mira! me está sonriendo!!!

- Sí, hija, sí, claro, claro, - dijo el padre sin despegar la vista de su recién comprado periódico.


Y desde entonces aquella nubecilla vivió siempre muy satisfecha sabiendo que su pequeño sueño, su ilógico, descabellado e inocente propósito de ser una nube que sonriera lo había conseguido.



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Todos llevamos dentro una nube que quizá aún no sabe cómo sonreir... pero que, no lo dudéis, puede hacerlo.

jueves, 27 de marzo de 2008

La tirita mágica


Este cuento para mi es especial, ojalá pudiera curarse cualquier corazón herido con una tirita mágica. Espero que os guste su letra, su imagen y la música que he escogido.


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Looking Through The Eyes Of Love -Enya

Haz clic en el botón "Play" para escuchar la música



- Mamá,mamá rápido, necesito una tirita, ¿dónde hay tiritas?.
- ¿Qué tienes mi vida?, ¿te has caido? ¿te duele algo?.
- ¡No!, solo necesito una tirita, o si no que me des unas gasas, un esparadrapo, unas vendas, algo que tengas para curar a las personas, ¿dónde hay?, ¿dónde tienes el botiquín para las curas?
- ¿A quién, a quien hay que curar??, mi vida, ¿quién te preocupa? ¿qué es lo que pasa?
- Me preocupa mi amiga, hay que curar a mi amiga, ¡rápido!, déjame una tirita, no hay que perder tiempo, ¡vamos!!
- Hijo, me estás poniendo nerviosa, ¿qué le sucede a tu amiga?:- ¿se ha caído?
- No
- ¿le han pegado?
- No
- ¿le duele algo?
- No sé, yo creo que sí.
- Hijo, no te entiendo, por favor ¡habla más claro!
- Pues verás, es que necesito una tirita para curar a mi amiga, está ahí fuera de casa y está llorando... le he preguntado, pero no me contesta, solo tiene apretado en su pecho con sus manitas un colgante con la foto de su hermano, y llora, llora mucho, algo tiene que dolerle para llorar tanto, yo creo que se le ha debido de romper el corazón y por eso se lo está sujetando.

La madre se quedó atónita con la lógica de su hijo y añadió para tranquilizar a su hijo:
- sí tienes razón, si se le ha roto el corazón debe dolerle mucho, pero verás hijo, ese dolor es por dentro, las tiritas para este caso no sirven para curarla.

El niño se quedó apenado con tal respuesta:
- ¿porqué?- dijo de repente en un hilo de voz infantil con los ojos enrramados mirando a su madre con gesto de súplica. Pero luego sin decir nada, con ese semblante niño que denota una profunda desilusión, se marchó a su habitación muy triste.

La madre se quedó pensando unos momentos y al cabo de un rato tuvo una idea. Tomó una tirita, fue a su habitación y le dijo a su hijo:
- mira, esta tirita yo la guardaba como algo muy especial, es un poquito más grande que las tiritas normales porque ¡es una tirita mágica! y por eso vale para lo que le pasa a tu amiga. Has de ponerle esta tirita encima de su corazón y entonces verás como deja de llorar y sonríe. La tirita tiene una propiedad mágica, al contacto con un corazón es capaz de pedirte algo. Si aquello que te pida esta tirita tú puedes cumplirlo tu amiga sonreirá y le aliviarás un poquito el dolor de su corazón roto, para eso es una tirita mágica!

El niño abrió mucho sus ojitos con la explicación de su madre y sin pensarlo más, a toda prisa tomó aquella tirita tan especial y salió en busca de su amiga.

Al verla hizo lo que le había indicado su madre, dejó al descubierto la parte adhesiva de aquella tira blanca y con gran inocencia infantil colocó la tirita por encima del vestido de la niña, tapando así su corazón.La niña le miró muy asombrada sin entender qué hacía su amigo.

De repente el niño se fijó en aquella tirita y descubrió que escrita en tinta azul se distinguía una frase.

La frase decía: ¿me das un fuerte abrazo?.

El niño, ingenuo y creyendo que esa tirita era mágica de verdad pues le estaba pidiendo algo, se quedó mirando a su amiga y con gesto de cariño le apretó fuertemente entre sus brazos. La niña se quedó recogida y quieta pero pasados unos segundos comenzó a sentir el calor de su amigo y le apretó hacia ella para que no se soltara y así estuvieron abrazados sin decir nada un buen rato.

Al soltarse, al niño le brillaron los ojos:¡su mamá tenía razón!, tenía razón!! aquella tirita era mágica!!! había curado un corazón roto, pues su amiga, sin saber muy bien porqué, le miraba sonriendo!!!

Con gran satisfacción se despidió de su amiga y entró en su casa diciéndole a su madre en gritos de alegría: - mamiiiii, graciassss, ya le he curado a mi amiga su corazón roto con la tirita mágica que me disteeeeeeee. ¿tienes mássssss?


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A veces me gustaría poder ponerle una tirita en el corazón a una persona que sufre y decirle: ya está, ya pasó, ya te puse la tirita, ya te curé.

martes, 25 de marzo de 2008

La libreta del corazón



Imagine-Eva Cassidy

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- ¿Qué haces?
- Apunto.
- ¿Qué apuntas?
- Las personas que me quieren.
- ¿cómo vas a estar apuntando las personas que te quieren?, ¡no digas bobadas!
- No son bobadas, yo apunto.
- Y ¿a quién apuntas?
- Uy, llevo ya unas cuantas...
- ¿y para qué las apuntas?
- Para recordar que me quieren.
- ¿y porqué necesitas recordarlo?
- Qué tontería preguntas, pues para lo que se recuerdan las cosas... ¡para no olvidarlo!
- Ah... claro, claro.

Esta niña está cada vez más loca, djo el niño mientras se alejaba si decirle ya nada más.

La niña prosiguió escribiendo, muy afanosa en su tarea no se dio cuenta de que el niño regresaba...

- Oye ¿te puedo hacer una pregunta?
- Sí, claro.
- ¿porqué hay que recordar a las personas que te quieren? si te quieren, te quieren, ya está, ¿porqué apuntarlas para que no se te olviden?
- Es que cuando sea mayor quiero tener muy claro quienes me han querido.
- Y eso ¿cómo se sabe?
- Es fácil, ¡las que estén en mi libreta!
- Y ¿no tienes miedo a equivocarte con alguna, a dejar de escribir a alguien, a poner a alguién de más?
- Uy, no!, todas las que están en mi libreta son las que me quieren fijo, no hay equivocaciones...

- No sé, a mi eso me parece demasiado... radical, tal vez vayas y te dejes a alguien...
- ¡No me dejo a nadie!
- Bueno, bueno, no te enfades. Y dime, a mi... ¿me has apuntado?
- Hummm, veamos, puessss..... no, no estás.
- Ah, vale, me parece muy bonito ¿pues sabes qué te digo? Que eres una niña repelente, que eres boba, que más te valiera dedicarte a hacer cosas sencillas y productivas, que no te soporto, que ya te puedes ir, que no quiero saber nada de ti ¿te enteras?
- Sí, bueno sí, ya veo, pero oye no te enfades, ¿porqué te enfadas?
- ¿Qué por qué me enfado?, me preguntas ¿qué porqué me enfado?!!, tú lo que eres es una niña.... necia!, arghh, déjame en paz!, ¡olvídame!

El niño se dio la media vuelta para marcharse y de repente paró... escuchó... la niña estaba sollozando...
- Snif, snifff, snifff.
- Eh, oye, bueno, yo no quise decirte tanto, no quise decirlo así, yo es que...
- Buahh, es que eres un bruto, no tenías porqué decir todo eso, no sé, me has hecho sentirme triste... no vuelvas a ser tan brusco ¿vale?
- Vale, lo lamento, yo no quería... yo no quería hacerte llorar, de veras que no.
- Vale, déjalo, olvidalo ya, ya se me pasó, ya estoy bien.

Tras unos segundos de repente la niña de nuevo volvió a romper a llorar...
- Buahh, buahhh, snif, snif
- Pero ¿qué te pasa ahora? ¿he dicho algo más qué...?
- Sniff, snifff. ¡¡buahhh!!!
- Para, para, para ya por favor, yo no quiero que llores, ya te he pedido disculpas dime, ahora ¿porqué lloras tanto?
- Porque , porque, pues porque... ¡¡no sé que hacer!!!
- Eh??, como qué no sabes qué hacer... que no sabes qué hacer... ¿¿con qué??

- Pues... ¡con tu nombre!, dijo la niña recuperando aliento, pasándose la manga de su vestido por sus ojillos y haciendo florecer al mismo tiempo una sonrisa, ¡es que no quiero apuntarlo con faltas de ortografía!

¿me lo deletreas por favor?


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Algunas personas demostramos así a quienes queremos, dándoles, aunque sea de forma infantil, la certeza de que nos sentiríamos muy mal si no quedásemos apuntados en la libreta... de su corazón.

domingo, 23 de marzo de 2008

Un tambor en el cielo



Eye in the sky - Nora Jones

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-Papi, papi, ¡quiero hacer un dibujo!.-Bien hija toma tus pinturas y papel, todo está sobre la mesa. Ponte una bata ya sabes que mamá no quiere que te ensucies y dibuja algo bonito, como tú sabes hacer, ¿de acuerdo?-No, papi, no necesito papel, ¡quiero pintar una cosa en el cielo!-¡eh!,¿en el cielo? No, veras cariño, en el cielo todas las cosas ya están pintadas desde hace muchos muchos años. -No, no, yo quiero pintar algo en cielo, algo que aún no está pintado.-¿algo que aún no está pintado? No lo hay. Mira, el cielo es perfeccción, con sus nubes, con su sol, con su luna y sus estrellas, incluso cuando se pinta de azul intenso, el cielo es bello como es, no necesita ningún añadido ¿no lo comprendes?.-Pero, ¡yo quiero pintar algo que le falta!, si no lo pinto no sabré donde está y yo necesito saberlo, necesito tenerlo localizado, así siempre lo sabré, necesito pintar algo ¿puedo? ¿puedooo? ¿sí puedo? snifff, sniff, déjame papi, buahhh, (dijo la niña haciendo pucheros).-Bueno, bueno, tranquila, no pasa nada, si tú quieres pintar algo en el cielo, mira haz lo siguiente. Como el cielo ahora está muy azul es mejor que tomes la pintura blanca. Mira hacia arriba y con tu manita ve dibujando eso que tanto quieres ver.
La niña se paró unos segundos, miró sus pinturas sobre la mesa y tomando la pintura amarilla dijo, prefiero pintarlo en amarillo a él le gusta más ese color.
Entonces comenzó a hacer trazos grandes, deteniéndose en alguna zonas, y prosiguió dibujando por espacio de varios minutos, muy muy concentrada. Luego a modo de finalizar su dibujo tomó la pintura negra y pareció escribir algo.Su padre le miraba como extasiado, sin entender bien ni qué hacía ni qué dibujaba, esta niña es muy especial se decía para sus adentros, va a sufrir mucho en esta vida, viene a un mundo demasiado lógico, pero no hay duda de que es especial, pinta sobre el cielo y pone su firma... reflexionaba.
-Ya está papi, ya terminé ¡ahora el cielo está completo!-Ah, dijo el padre mirando a su hija con cara de desconcierto. -¿Te gusta papi?-Verás pequeña yo si miro al cielo no veo lo que has dibujado, será que lo has hecho muy pequeñito o muy especial y no logro verlo bien, así que no puedo decirte si me gusta o no. Dime tú, ¿qué es lo que has dibujado?-He dibujado un tambor, ¡al cielo le faltaba ¡un tambor!, he dibujado un tambor, el cielo es grande... -¿Un tambor? ¿para que has dibujado un tambor? dijo su padre desconcertado.- Verás mi mejor amigo del cole dice que su mamá está en el cielo, hoy le he visto llorando mirando hacia arriba y decía: sé que no puedo verte pero sé qué estás, te quiero mucho, no te olvides de mi. Y yo he pensado que como su mamá siempre era muy bromista, a lo mejor se ha escondido tras una nube o detrás el Sol y por eso no puede verla. Así que he dibujado un tambor y le he dejado escritas unas claras instruccciones. "Tócalo siempre que me eches de menos". Espero que lo entienda.
Y yo no sé lo que mi amigo pensó, solo sé que cuando fui más mayor un dia recordando esta historia se lo conté, el miró con afecto y me dio un abrazo y sin decir nada se marchó. Pero lo que si es cierto es que hoy en día cuando hay una tormenta y el cielo se pone oscuro, hay muchos truenos y todo resuena mucho, mucho, él sonríe.

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Y con el paso de más años esta historia se ha ido trasladando de persona en persona y ahora somos muchos los que en una noche de tormenta en vez de andar asustados, sencillamente, durante un breve espacio de tiempo, sonreimos. Cuanto más grande es el ruido... creo que sonreimos más y más personas